Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, apodado como “El Neto“, de 32 años, es señalado como líder de Los Mexicles, grupo criminal que opera en Ciudad Juárez y que guarda relación con el cártel de Sinaloa.

Piñón de la Cruz tuvo sus inicios en la vida criminal desde muy temprana edad. Con tan solo 18 años de edad se le relacionó con una banda criminal ubicada en Ciudad Juárez dedicada al secuestro desde el año 2007.

Los siguientes pasos del Neto fueron cuando logró convertirse en el líder del grupo de Fuerzas Especiales “Los Mexicles”, fungiendo como una extensión del Cártel de Sinaloa para los asuntos a mano armada.

Vinculado a 30 plagios y por delito de homicidio, El Neto intentó darse a la fuga del Cereso No.3 de Ciudad Juárez; siendo frustrado debido a que durante el motín resultó herido y la fuga no pudo ser concretada; posteriormente se le sentenció a 224 años de cárcel.

Ernesto Alfredo fue relacionado con la ola de violencia que azotó a Ciudad Juárez en agosto del 2022, supuestamente ordenando actos violentos por toda la ciudad para con ello impedir su traslado al penal federal.

Aquella jornada del 11 de agosto tuvo como saldo la muerte de 11 personas y al menos 20 heridos; sumando un enfrentamiento al interior del centro penitenciario.

Preso desde el año 2009 y ahora en libertad, Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, El Neto, encontró su libertad anticipada el 1 de enero del 2023, luego de que un comando armado atacará al Centro Estatal de Reinserción Social No. 3 de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua.

Se reporta que dicho ataque sucedió alrededor de las siete de la mañana. A bordo de vehículos blindados y armas de fuego, dispararon en contra de los oficiales de seguridad, dando como resultado la fuga de dos altos jefes de los Mexicles y siendo un total de 24 reos que se dieron a la fuga.

“El Neto”, fue acompañado en la fuga por Cesar Vega Muñoz, alias “El Chilín“, otro alto jefe del grupo criminal. Ellos fueron los principales objetivos por los cuales se dio el violento motín, dejando bajas a su paso. Ambos líderes lograron el escape.

El saldo del ataque fueron 14 personas muertas y al menos 10 reclusos heridos por armas de fuego; seis de ellos atendidos en el centro penitenciario y los otros 4 atendidos en un hospital. Del total de fallecidos, diez fungían como oficiales de seguridad y custodia, los últimos 4 eran reos.