La Embajada de Bulgaria emitió una alerta de viaje para sus habitantes que quieran ingresar a México debido a una “frecuencia de casos de ciudadanos que no son admitidos al territorio mexicano”.

“¡Recomendamos a los ciudadanos búlgaros que se abstengan de viajar!”, indicó la Embajada, tras lanzar una advertencia para suspender viajes en todo el país, excepto en casos de extrema necesidad.

“Debido a los frecuentes casos de ciudadanos búlgaros que no son admitidos al territorio de México por parte de las autoridades migratorias del Aeropuerto de Cancún y hasta tanto las autoridades mexicanas no esclarezcan las razones de ello, la Embajada advierte a los ciudadanos búlgaros que estén por viajar a Cancún, y a quien podría posponerlo para estar considerando tal posibilidad”, indicó en un mensaje en su sitio web oficial.

Además, recomendó que, en caso de detención por parte de las autoridades de inmigración, recomienda a los ciudadanos búlgaros que insistan en ser contactados por la Embajada para recibir asistencia, así como solicitar una copia del formulario de inadmisibilidad.

Esto sucede al mismo tiempo que Bulgaria pidió explicaciones a México sobre al menos 27 turistas búlgaros que fueron deportados después de que no se les dejara ingresar al país y, además, se les negase contactar con su Embajada.

El Ministerio de Exteriores de Bulgaria criticó que las autoridades mexicanas no dieran la posibilidad a los turistas de llamar a su Embajada, algo que “viola las normas y los tratados internacionales”.

Los ciudadanos de Bulgaria, un país que está en la Unión Europea pero no en el espacio Schengen de libre movimiento, no requieren de visado para entrar en México.

Previamente, la asociación Futuro del Turismo denunció que en el Aeropuerto de Cancún al menos 27 turistas búlgaros se les confiscaron sus móviles y pasaportes, para después ser deportados. Los turistas pagaron por sus vacaciones en la turística ciudad mexicana unos 6 mil euros por persona.

Algunos de los afectados relataron a medios locales que permanecieron en un sótano en condiciones precarias hasta cinco días y no se les permitió contactar a la Embajada búlgara, sin explicación sobre el motivo de su retención.

 

César García Durán