Tenía unos 12 años de edad, portaba una blusa amarilla con un estampado de flores rojas y una sonrisa encantadora; fresca y de ojos vivos que contrastaba con el resto del grupo, integrado por unos 300 adultos en ese rincón profundo de la Mixteca de Puebla.
Esa niña no podrá saber que haber portado un muñeco de trapo que caracteriza la caricatura de Andrés Manuel López Obrador, que ya se conoce como Amlito, es un acto ilegal, según estableció recientemente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La escena de la niña en Ayoxuxtla de Zapata fue captada en abril de 2022 por la lente atenta del fotógrafo Carlos Milanés, antes de la llegada de López Obrador en ocasión del 102 Aniversario Luctuoso de Emiliano Zapata, justo en ese pueblo en el que se firmó el Plan de Ayala.
Como el resto de los adultos que ahí se congregaron, la niña sonriente debió esperar paciente la llegada del presidente de México con el muñeco de fieltro con la imagen de López Obrador en brazos.
Y como el resto de los pobladores, tampoco sabrá que portar esa imagen, que significó un acto de rebeldía desde 2006 frente al status quo que consiguió perpetuarse hasta 2018, fue proscrito por una autoridad electoral.
La determinación del órgano jurisdiccional, que fue catalogada por la dirigencia del partido del presidente López Obrador como “ridícula”, ciertamente forma parte de los excesos, falta de rigor en el análisis de sus integrantes o del estertor de un modelo político que debió quedar atrás.
Ya antes han dado muestras de tener alianzas o acuerdos inescrupulosos con grupos de poder para mantener cotos y cuotas.
En 2018, frente a la ostensible trampa que le tendieron a Miguel Barbosa, candidato entonces de la coalición Juntos Haremos Historia, fue el mismo tribunal (con minúsculas) el que terminó por validar un triunfo para Martha Erika Alonso, en una sesión que se prologó más allá de lo permisible.
Ya no permitió el tiempo a Barbosa, como gobernador, revelar la forma y cantidad de la entrega del dinero que los integrantes del pleno habrían recibido para conceder un triunfo tramposo.
Ahora bien, la imagen que fue popularizada por millones de seguidores del tabasqueño no puede ser considerada patrimonio de un partido, grupo o dirigente partidista porque forma parte de la clase social que acompañó la causa del tabasqueño, desde que en ese 2006 fue considerado como una amenaza para México.
La caricatura del abanderado presidencial fue la respuesta a una campaña negra que enderezaron grupos de poder que apoyaron al panista Felipe Calderón hace 17 años, entre quienes estaban la poderosa exdirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo Morales, y los empresarios aglutinados en el Consejo Coordinador Empresarial.
La niña encantadora de la mixteca poblana que se acercó al presidente de México no había nacido aún cuando ya la imagen caricaturizada era utilizada en playeras, gorras, llaveros y en muñecos que se vendían con éxito comercial en plazas y calles de todo el país, por donde AMLO pasaba.
La niña de la mixteca es una infractora de la Ley Electoral. Ese es el criterio de un tribunal absolutamente deslegitimado.
@FerMaldonadoMX