El cuerpo del que muchos consideran el mejor futbolista de la historia reposa en un mausoleo en el Memorial Necrópole Ecuménica, el cementerio vertical más alto del mundo con 14 pisos, según el Record Guinness.
“Ahora va a descansar”, dijo a periodistas Edinho, uno de los seis hijos vivos de O Rei, quien además agradeció en nombre de la familia “todo el amor, cariño, respeto” mostrado en memoria de su padre en los últimos días.
La sepultura, precedida de una ceremonia religiosa, se realizó a puerta cerrada con presencia de los familiares del único tricampeón mundial del planeta, cuyos restos fueron ubicados en un mausoleo que recuerda un estadio de fútbol, inclusive con césped sintético.
El féretro negro que trasportaba al legendario exdelantero, fallecido el pasado 29 de diciembre a los 82 años en Sao Paulo tras batallar contra un cáncer.
El cuerpo salió del estadio Vila Belmiro del Santos, donde el exastro fue velado durante 24 horas por más de 230 mil personas, entre ellas algunas figuras destacadas.
El flamante presidente Luiz Inácio Lula da Silva acudió más temprano al velorio para recogerse ante el ataúd colocado sobre el césped del recinto deportivo, acompañado de la primera dama Janja, así como familiares de Pelé: su viuda Marcia Cibele Aoki e hijos del exastro.
Pelé “es una figura muy especial. No se puede comparar con nadie, ni como jugador de fútbol, ni como ser humano, con ese comportamiento fino y educado”, dijo Lula a la televisión local.
“¡Mil goles!”
“¡Mil goles, mil goles, solo Pelé, solo Pelé jugó en mi Santos!”, cantaron los ‘torcedores’ a lo largo del recorrido por esta ciudad de unos 430 mil habitantes, que tuvo su momento álgido cuando paró delante de la casa de Doña Celeste, la madre de 100 años de ‘O Rei’, cuyo estado de salud le impide ser consciente de la muerte de su hijo.
En el balcón de un humilde edificio, del que colgaba una imagen gigante de la figura del exdelantero, su hermana Maria Lucía saludó emocionada el cortejo. Rodeada de allegados, pero sin la presencia de su madre, la mujer de 78 años juntaba las manos y observaba emocionada la multitud cantando y ondeando banderas del ‘Peixe’.
“La despedida está a la altura de lo que se merece. Para mí, es el jugador más grande hasta la actualidad (…) deja mucha tristeza”, afirmó Rene Rodrigo da Silva, un psicólogo de 29 años que viajó desde su ciudad Taubaté, a unos 200 km de Santos.
Katia Cruz, una santista de 58 años, tenía previsto seguir el cortejo en moto, tras haber esperado cuatro horas para acceder de madrugada al estadio.
“Fue el rey”, pero también “una persona muy buena, con los pies en el suelo (…) tenía una humildad que los jugadores de hoy en día no tienen”, dijo esta mujer cuyo esposo se quedó en casa porque estaba “inconsolable”.
Con información de agencias