Alrededor de 40 mil personas se manifestaron frente al Parlamento israelí en Jerusalén, en rechazo a un proyecto de reforma judicial que consideran una amenaza a la democracia y que debe ser votado de manera parcial en unas horas.

Una marea de banderas israelíes inundó los jardines y las calles colindantes a la Knéset (Parlamento). La policía bloqueó los accesos al edificio. Varios medios israelíes informaron que hubo más decenas de miles, aunque no aportó datos sobre ello.

Los manifestantes rechazan la reforma judicial que desea aprobar el nuevo gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, que asumió el poder a finales de diciembre. Netanyahu lidera una coalición de partidos de derecha, extrema derecha y ultraortodoxos judíos, considerada la más derechista de la historia del país.

La reforma, propuesta a inicios de enero, busca reducir la influencia del poder judicial a través de una cláusula que permitiría al Parlamento anular por mayoría simple algunas decisiones del Tribunal Supremo.

También propone cambiar el proceso de nombramiento de los jueces y reducir los poderes de los consejeros jurídicos en los ministerios.

“El Estado está en peligro”, declaró Dvir Bar, un manifestante de 45 años que llegó a la protesta desde Jolón, en el centro de Israel. El proyecto “es un intento de golpe de Estado para transformar Israel en una dictadura”, agregó.

En algunos carteles se podía leer: “Hartos de los corruptos” o “El fascismo no pasará”. Los manifestantes gritaban consignas como “¡Israel no es una dictadura!” y “Democracia es diálogo”.

CON INFORMACIÓN DE AFP