La lucha de Sham Sheikh Mohammad, una niña que corre el riesgo de ser amputada se convirtió en símbolo de la esperanza y posterior desgarro que vive Siria desde el terremoto del 6 de febrero.

Ella fue rescatada con vida tras quedar atrapada bajo los escombros durante 40 horas pero podría perder ambas piernas debido a daños en los tejidos.

Las posibles amputaciones de las piernas de Sham se pospusieron por el momento, pero aún no está a salvo, aclara el el cirujano ortopédico Tarek Mustafa.

“Sham es uno de los varios pacientes que padecen el síndrome de aplastamiento y que fueron ingresados en los hospitales de la región”, afirma.

La niña de nueve años, como muchos supervivientes del terremoto, sufre ahora lo que los médicos denominan síndrome de aplastamiento. Se produce en extremidades privadas de circulación sanguínea durante demasiado tiempo y comienza con un fuerte dolor en la extremidad afectada.

Al principio, los pacientes parecen estar en buen estado pero luego se deterioran. Sham fue felicitada por su valentía tras tararear una melodía junto a sus rescatadores de los Cascos Blancos, que trabajaron durante seis horas para liberarla. Las escenas, captadas en imágenes, se hicieron virales en internet.

Los servicios sanitarios de la región de Idlib, controlada por los rebeldes, informaron de al menos 100 casos de este tipo. La madre y la hermana de Sham murieron cuando el edificio donde vivía la familia se derrumbó en la ciudad de Armanaz, en la provincia noroccidental de Idlib. Su padre y sus dos hermanos también sobrevivieron.

Cuando los Cascos Blancos supieron que Sham corría el riesgo de perder ambas piernas, publicaron un tuit pidiendo a sus seguidores que rezaran por ella y por otros supervivientes.

“Nuestra alegría fue indescriptible cuando salió”, comenta Mohamed Nasredine, uno de los voluntarios del grupo Cascos Blancos se hizo famoso por liberar a personas de edificios bombardeados en las regiones del país controladas por los rebeldes durante toda la guerra civil siria.

“Recuerdo cómo trabajé para liberar sus piernas y me saltan las lágrimas. Me recuerda a mi hija de cinco años”, comenta otro de los rescatadores del grupo, Ziad Hamdi.

En el video se le oye prometer a Sham que la llevaría a un parque de diversiones si aguantaba un poco más. “Quiero vestir ropa bonita. Quiero ser una princesa”, responde.

“Es ingeniosa, no esperaba una respuesta así” de una menor que lucha por su vida, subraya Hamdi. “Hice una promesa. La llevaré y le compraré lo que quiera”, recalca.

CON INFORMACIÓN DE AFP