El presidente del Senado, Alejandro Armenta, aseveró que si el amor a la patria se ejerce en cada una de las responsabilidades de los integrantes del Estado, el destino de México será el de una nación con plena soberanía energética, financiera y alimentaria, que nos permitirá ocupar el lugar que legítimamente nos corresponde en la comunidad internacional.

Armenta participó en la conmemoración del Día de la Bandera, ceremonia que se llevó a cabo en el Campo Marte y que encabezó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Ahí, el senador subrayó que el amor a la patria lo heredamos de nuestros padres y lo transmitimos a nuestros hijos, por lo que invitó a las y los mexicanos a aplicarlo en su vida pública y privada.

Recordó que el 24 de febrero se conmemora con orgullo a nuestra Bandera Nacional, la cual nos representa y nos identifica como país frente al mundo, y que ha tenido una transformación que recoge la esencia y anhelos de libertad, justicia y sentido nacional.

En ese sentido, Alejandro Armenta expresó que los colores verde, blanco y rojo representan la esperanza “frente al momento estelar que estamos viviendo con la separación del poder económico del poder político, para que este último sirva a todas y todos los mexicanos, sin distingo”.

Además de la unidad nacional que necesitamos para construir la nación soberana que nos merecemos las y los mexicanos, así como la sangre derramada de hombres y mujeres que lucharon por nuestra Independencia, que dieron su vida durante la etapa de Reforma y que durante nuestra Revolución representa la lucha de quienes promovieron derechos y justicia en el campo y en la ciudad, justicia que aún no concluye.

El Escudo Nacional, con el águila al centro, expresó, nos recuerda nuestra composición pluricultural, nuestro pasado pluriétnico y presente, y la visión cosmopolita de un país que piensa en grande.

“En eso consiste el juramento a la Bandera de México”, por lo que, asentó, si este acto cívico se ejerce en el ámbito de las responsabilidades públicas y privadas, como integrantes del Estado nación, el destino de México será el de una nación con plena soberanía energética, financiera y alimentaria.