La prensa extranjera en China enfrentó en 2022 estrictos controles por Covid-19, un hostigamiento generalizado y una vigilancia constante, informó el Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC) en su informe anual.

Casi la mitad de los periodistas extranjeros en el país recibieron órdenes de dejar algún lugar o se les negó el acceso a algún sitio por motivos de salud y seguridad, pese a “no presentar riesgo sanitario por los propios estándares chinos”, señaló.

Una cantidad similar afirmó que no pudo viajar en algún momento de 2022 a causa de problemas con los pases sanitarios en sus celulares.

Casi el 40% aseguró que al menos una de sus fuentes fue hostigada, detenida, cuestionada o sufrió alguna consecuencia negativa por hablar con la prensa extranjera, y el 45% reportó presiones similares sobre sus colegas chinos.

El año pasado, en China regía algunas de las restricciones más severas del mundo, con prohibición de viajar al país y entre sus provincias, extensas cuarentenas y pruebas masivas. Pekín eliminó en diciembre su política de “cero Covid“.

“Una bandada de restricciones impuestas por el Estado, la vigilancia digital y el continuo hostigamiento de colegas y fuentes chinas demuestran que persisten los obstáculos a una verdadera libertad de prensa en China”, agregó el informe.

El reporte se basa en una encuesta entre 102 de los 166 miembros del FCCC, que representan a organizaciones de prensa de 30 países y regiones.

Con las regulaciones locales, la prensa independiente china es prácticamente inexistente mientras que los medios apoyados por el Estado son fuertemente censurados. China ocupó el lugar 175º de 180 en la escala de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras de 2022.