Estados Unidos acusó a la Fuerza Aérea de Rusia de “interceptar y chocar” con un dron estadounidense Reaper sobre el mar Negro, un acto que Washington calificó de “temerario”, pero Moscú negó estar implicado.

“Nuestro dron MQ-9 estaba realizando operaciones de rutina en el espacio aéreo internacional cuando fue interceptado y golpeado por un avión ruso, lo que resultó en un accidente y la pérdida total del MQ-9”, indicó en un comunicado el general James Hecker, comandante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Europa.

Es la primera vez desde que empezó la invasión rusa del territorio ucraniano, que un país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) admite el perder un artefacto operado por él mismo en esta región.

“Se trata de un acto peligroso y no profesional por parte de los rusos”, subrayó el general, que agregó que “los drones de Estados Unidos y de los aliados continuarán operando en el espacio aéreo internacional”. Además, llamó a los rusos a “comportarse de forma segura y profesional”.

La colisión ocurrió en el espacio aéreo frente a la ciudad ucraniana de Odesa, según el Instituto Naval de Estados Unidos. Según la página web FlightRadar24, un avión de reconocimiento marítimo P-8A Poseidon volaba en círculos frente a la costa de Rumania tras haber despegado de la base aérea de Sigonella, en Italia.

Un portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, denunció una “temeridad” por parte de los rusos, y señaló que, si bien los aviones rusos ya interceptaron drones estadounidenses en otras ocasiones, este incidente fue “único” porque comportó la pérdida del Reaper.

En señal de protesta, el departamento de Estado estadounidense afirmó que convocó al embajador ruso en Washington, y el embajador estadounidense en Moscú envió un mensaje al Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

MAR NEGRO

Mientras tanto, el Ejército ruso negó que haya provocado la caída del aparato, aunque admitió que dos de sus cazas interceptaron al dron norteamericano.

“Tras una maniobra brutal (…) el dron MQ-9 inició un vuelo incontrolado, con pérdida de altitud y chocó contra la superficie del agua”, declaró el Ministerio ruso de Defensa, al afirmar que los dos cazas no habían disparado ni habían tenido “contacto” con el dron.

El mar Negro es una zona muy vigilada por la OTAN desde el inicio de la guerra en Ucrania. Su cielo suele ser el teatro de interacciones entre drones y aeronaves. Con la crisis actual, hay un aumento en las actividades de reconocimiento hacia Crimea.