Los diputados franceses rechazaron dos mociones de censura contra la reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron y la posibilidad de tumbar a la primera ministra Élisabeth Borne, en medio del recrudecimiento de las protestas.

Macron consiguió validar definitivamente su proyecto para endurecer el acceso a una pensión completa, pero el gobierno de su primera ministra salió debilitado de este pulso.

“Sólo faltaron nueve votos para derribar este gobierno y su reforma, un gobierno que ya está muerto para los franceses y que ya no tiene ninguna legitimidad”, dijo la diputada de izquierda radical Mathilde Panot.

La votación en la Asamblea Nacional fue más ajustada de lo esperado. La moción presentada por el grupo independiente LIOT recabó 278 votos de los 287 necesarios. La presentada por la extrema derecha, 94.

Aunque la oposición política no tira la toalla. Esta ya anunció recursos ante el Consejo Constitucional para frenar su aplicación e impulsar también un referéndum.

Mientras tanto, los sindicatos convocaron una nueva jornada de manifestaciones masivas el próximo jueves, entre protestas espontáneas y paros prorrogables en sectores clave.

Con carreteras bloqueadas, transportes perturbados, el aeropuerto de Tarbes-Lourdes invadido, miles de toneladas de basura en las calles de París y falta de combustible, los huelguistas multiplicaron las acciones de protesta.