En las últimas horas, cinco personas perdieron la vida en hechos violentos en la región de la Mixteca poblana. No son los únicos porque se trata de tierra caliente que mantiene una conflictiva zona limítrofe con dos entidades con una documentada presencia de grupos de delincuencia organizada.

Dos de los víctimas muertas fueron encontradas en el interior de dos vehículos, el fin de semana, en Jolalpan, calcinados; y la última noche de martes, tres más ejecutados con arma de fuego en una persecución en Izúcar de Matamoros, de la que dieron cuenta sus habitantes, relativamente resignados a ese clima de violencia que data de hace mucho tiempo.

La vecindad con Morelos y Guerrero es factor decisivo para constituir este contexto sangriento, pero también existen organizaciones locales que se dedican a delinquir dentro y fuera del territorio poblano, que agrava el ya de por sí inhóspito clima que padecen sus habitantes.

Se trata de un diagnóstico que no admite dudas y persiste aún al paso de los sexenios, partidos en el poder y gobiernos; mucho más allá del discurso oficial que apunta a rivalidades entre grupos antagónicos y que de tan machacado, termina por convertirse en lugar común, un cliché desde las oficinas gubernamentales.

Respecto de los dos calcinados en los autos hallados en Jolalpan, el secretario de Seguridad Pública, Daniel Iván Cruz Luna, volvió a las mismas líneas discursivas que antes han sido utlizadas, pero notoriamente ineficientes.

Añadió ante los medios que “se tiene un diálogo con Guardia Nacional y Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional) para hacer una estrategia y mantener los operativos coordinados…”. Lo dicho parece a destiempo, anticlimático, ante la existencia de un reguero de cadáveres.

La mirada en retrospectiva pone siempre las cosas en su sitio, incluyendo las buenas intenciones de los servidores públicos, como las que exhibe de manera reiterada Cruz Luna.

El 20 de junio del 2022 hubo un enfrentamiento entre una célula de un grupo delictivo identificado como Los Rojos y una agrupación considerada en la zona de Jolalpan como autodefensa, Fuerza Territorial Poblana, legitimada por la sociedad lastimada en la zona.

El violento encontronazo sucedió en Jolalpan, como el evento del último fin de semana, con un saldo aún más costoso en término de vidas humanas, con cuatro personas sin vida, entre ellos el líder de la autodefensa poblana de nombre Eloy Merino, además de una docena de lesionados.

En 2021 fueron emboscados y muertos dos elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, Pedro Sánchez Lima y Óscar Norberto Ríos, cuando circulaban a bordo de la patrulla PE-1156, que terminó volcada, en lo que constituyó el mayor reto a la autoridad de parte de los grupos armados que operan en la zona.

Al entorno violento que existe en toda la región por la rivalidad existente entre los grupos armados y la presumible existencia de una célula de la Familia Michoacana, un dato debe ser subrayado: no existe un solo detenido tras los eventos de los que se tiene conocimiento. La impunidad parece alentada desde diversas esferas del gobierno.

 

@FerMaldonadoMX