Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, aplazó el proceso de adopción de la reforma judicial, que era examinada en el Parlamento, tras haber desatado multitudinarias protestas y amenazas de huelgas en distintos sectores.
“Cuando hay una posibilidad de impedir una guerra civil mediante el diálogo, como primer ministro hago una pausa para el diálogo”, declaró Netanyahu en un discurso televisado.
El dirigente anunció que la adopción de los distintos proyectos de ley de la reforma se aplazaba a la próxima sesión parlamentaria que se abrirá tras las vacaciones de la Pascua (del 5 al 13 de abril).
Inmediatamente después del anuncio, la Histadrut, la principal confederación sindical del país, proclamó el fin de la huelga general convocada unas horas antes.
Pero los líderes de las movilizaciones se mostraron más escépticos y pidieron seguir con las protestas mientras el proyecto no esté “totalmente suspendido”, en palabras de la física Shikhma Bressler, una de las organizadoras.
Estados Unidos, gran aliado de Israel, aplaudió la medida, que “da más tiempo para encontrar un compromiso”, según la portavoz de la Casa Blanca.
MANIFESTACIONES
Desde el anuncio del proyecto, decenas de miles de israelíes se manifiestan todas las semanas. A mediados de marzo, se intensificaron y este domingo, después de que Netanyahu cesó al ministro de Defensa, Yoav Gallant, la manifestación masiva en Tel Aviv terminó con enfrentamientos entre los participantes y las fuerzas de seguridad.
Este lunes, unos 80 mil manifestantes, según la prensa local, volvieron a salir a la calle en Jerusalén para protestar. Por la noche, una contramanifestación, con miles de participantes, tuvo lugar no muy lejos de la primera.
Netanyahu y sus aliados ultraortodoxos de extrema derecha defienden la modificación con el argumento de que debe equilibrarse la correlación de fuerzas, a la que consideran politizada. Sus detractores consideran que amenaza la separación de poderes y el carácter democrático del Estado de Israel.
CON INFORMACIÓN DE AFP