En este país de contrariedades y controversias, una de las pugnas que más da para el análisis comunicacional de estos tiempos, es la batalla por colocar la agenda en la opinión pública.
En un mar de noticias falsas, promovidas incluso por expresidentes y grupos con intereses comunes, es complejo que la gente tenga filtros sobre los datos que consumen. Todo queda para la batalla del discurso y la polarización.
A nivel federal, sólo hay un meridiano de la información, un punto del que se desprenden las aristas que tocarán quienes están inmersos en la lucha por el poder. Es la Mañanera presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
Si el presidente habló de tortillas, la oposición hablará de tortillas el resto de la semana, habrá memes a favor y en contra, el nivel de penetración de este ejercicio es tal que pronto habrá tortillas que critiquen al presidente y otras a favor de la 4T; en un mes será un hito, habrá un reportaje en los medios tradicionales alegando que las tortillas son el último clavo en el ataúd de la credibilidad del mandatario y sus contrapartes reirán de la hecatombe que plantean sus contrarios.
Pocos, muy pocos, como Nayeli Roldán o Jorge Ramos, que pongan en aprietos al mandatario con intercambios que realmente eleven el nivel de debate.
La Mañanera también está contaminada de preguntas que parecen sembradas, de gestores y de partes en conflicto, lo que da validez a algunas críticas sobre el ejercicio.
Lo cierto es que supuso un cambio en la forma de hacer comunicación política en el país.
Lo mismo vimos en Puebla con la llegada de la 4T y las videoconferencias que instauró el fallecido gobernador Miguel Barbosa.
El carácter y la forma dura de hacer política del morenista hicieron que fuera un ejercicio del que todos debían estar al pendiente para advertir los próximos movimientos de su administración.
Luego de su fallecimiento, Sergio Salomón, como mandatario interino, continuó con el modelo, que rindió frutos para colocar los temas necesarios en la agenda.
No fue difícil advertir que la oposición buscaría su símil para incrustarse en la opinión pública, y el alcalde Eduarda Rivera lanzó sus eventos matutinos con intercambio de preguntas y respuestas.
Lejos de su ausencia en momentos de crispación o ante temas que lo pondrían en aprietos, el panista ha logrado colocarse en los reflectores todas las mañanas con los temas de la administración.
Incluso, los equipos de comunicación del mandatario estatal y del edil, en ocasiones con diferencia de sólo unos minutos, envían sus invitaciones a eventos matutinos, lo que deja evidencia de que se compite hasta en esos términos.
Ahora, los aspirantes a la gubernatura como Alejandro Armenta, Ignacio Mier, o hasta Claudia Rivera hacen uso de espacios semanales que han ido construyendo para que la prensa del día siguiente amanezca con sus rostros en portada.
@Olmosarcos_