La ley electoral garantiza que los partidos políticos deban lanzar por lo menos un 50 por ciento de mujeres. Es un triunfo de las políticas de igualdad sustantiva y nadie podría hoy sostener que las mujeres gobernantes o legisladoras no son tan o más capaces que los varones a la hora de gobernar.
Todos los partidos cuentan con mujeres con una buena trayectoria para ser consideradas para las principales candidaturas. Es tiempo de las mujeres, pues.
El problema es que esta apertura, sirve como pretexto para que algunos impongan en sus gobiernos a familiares y hasta dinásticos en sus municipios, estados o regiones.
Varios alcaldes quieren imponer a sus esposas, para que obtengan la candidatura a ediles y así, ellos, ejerzan el poder soterradamente —y a veces no tanto—.
El mal ejemplo (y el exceso) de Rafael Moreno Valle al designar a su esposa Martha Érika Alonso, como gobernadora influyó en muchos. Hoy, tengo noticias de que varios alcaldes panistas de la zona conurbada y en diversos municipios de la entidad quieren seguir ese ejemplo.
El caso más provocativo es en la Angelópolis, pues ha trascendido que Eduardo Rivera quiere que su esposa Liliana Ortiz sea su sucesora. Lo que puede parecer una broma o un simple chisme, empieza a tomar forma por algunos datos innegables.
La señora Ortiz acompaña a su esposo Rivera a absolutamente todos los actos, inauguraciones y ceremonias. Nada lo prohíbe, pero hasta en la inauguración de la pavimentación de media calle aparece en la foto.
No dudo de la capacidad e inteligencia de ella. Lo que sí creo que es un exceso visible que se pretenda posicionar la figura de alguien con recursos públicos.
Es la misma crítica que aquí mismo hice a la señora Martha Érika Alonso. Estaba bien que tuviera aspiraciones, pero que su campaña la hiciera con sus recursos, no con los del DIF al repartir despensas, zapatos y viajando en camionetas oficiales con gasolina pagada con el erario. Fue un exceso que hasta los mismos panistas criticaban a escondidas (muchos de ellos, cercanos a Eduardo Rivera).
Eso no es todo: fuentes del DIF municipal cuentan que ya se tiró “línea” para que la esposa del alcalde busque la candidatura y ya hasta un “bunker” tiene en la colonia La Paz. Antes de salir de vacaciones de Semana Santa se estableció, supuestamente, el plan electoral y todo el diseño de la campaña en redes sociales y whatsapp.
Yo, sinceramente, espero que todo sea un simple rumor mal intencionado.
Fui el primero (dos años antes de que ocurriera) en decir que Moreno Valle quería dejar a su esposa. Me tacharon de loco y mentiroso. Ojalá, ahora me equivoque.
Me gustaría saber qué opinan personajes como Mario Riestra, Eduardo Alcántara, Genoveva Huerta, Carlos Montiel, a quienes simplemente los harían a un lado, para que la dinastía siga gobernando (desde luego en el lejano caso de que ganaran la elección municipal).
Neta.
¿Es en serio?
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