En qué difícil situación se encuentra el panismo local: si al final el PRI termina por no ir en alianza con el PAN en el 2024 y se apuesta por Morena, los blanquiazules saldrán derrotados. Si el partido tricolor hace campaña de brazos caídos,aunque vaya en alianza, los panistas también pierden.
Ya hemos visto cuando los priistas se quedan con el dinero de las campañas, o no hacen nada.Hay que recordar la contienda entre Blanca Alcalá y Tony Gali a la gubernatura.
El priismo nacional entregó la plaza poblana en 2016 y los locales la dejaron sola, por el miedo que le tenían a Rafael Moreno Valle.
La más reciente encuesta de la revista Campaings and Electionsen Español, que publicamos en estas páginas el lunes y ayer, es un ultimátum para que los albiazules se pongan las pilas y apapachen a los fieles de la balanza (PRI), porque siendo honestos, hoy por hoy, se ve más cercano el partido tricolor con Morena a nivel estado.
La falta de cuadros al interior del panismo obliga a que sólo sea Eduardo Rivera Pérez el abanderado en el 2024. Sino ganara, al menos ayudaría a mantener más diputados en el Congreso del Estado y municipios.
Y aunque ya recorre el estado los fines de semana, sin hacer aspavientos para evitar una guerra en su contra, no ha dicho claramente: “Voy hasta donde tope”, y por ello tantas especulaciones sobre la reelección o hasta la candidatura al Senado.
La apuesta de los panistas es que, según ellos, el desgaste del obradorismo y las luchas internas en Morena podrían influir en los comicios, como ocurrió en el 2021 que el partido guinda perdió alcaldías y diputaciones. En parte fue verdad, pero en parte hubo negociaciones, o como diría Manuel Bartlett: un fraude patriótico.
Miguel Barbosa y su equipo influyeron no para que ganara Rivera Pérez la alcaldía, sino para que perdiera Claudia Rivera, quien de por sí la iban a derrotar por el desgaste de su gobierno, al menos le metieron el pie para que no creciera más y la diferencia fuera no de 10 o de 15, sino de 20 puntos porcentuales, como ocurrió.
Así ocurrió en algunas zonas como las Cholulas o hasta el triunfo de Nora Escamilla. Fue más fácil sacrificar a Jesús Zaldívar. Ahora la petista piensa que ella llegó por sí sola, ¡pamplinas!
La encuesta de la revista Campaings and Elections, que es la única que se ha atrevido a publicar un ranking mensual de las preferencias electorales, da a conocer que si bien Alejandro Armenta encabeza las preferencias, el empate con Eduardo Rivera es inminente y si el PAN va solo, pierden contra Morena; pero si va en alianza, le ganaría por al menos cuatro puntos porcentuales.
Así que tampoco la tiene tan fácil Armenta.
Puebla capital y sus alrededores son la clave de todo esto. A Rivera no le va mal en números, pero no puede solo.
Se ve cada vez más difícil la alianza entre PRI y PAN.
Es más, incluso se ve difícil que muchos panistas al final se cuadren con Rivera Pérez.
Es una guerra más que de lealtades, de conveniencias.
Al final no ganará la lealtad por convicción, sino por beneficios personales.