El Parlamento de Lituania adoptó una ley que legaliza negar el ingreso a demandantes de asilo, una medida adicional para combatir la afluencia de inmigrantes a través de la frontera con Bielorrusia.
Miembro de la Unión Europea, el país báltico practica las devoluciones forzosas desde 2021, año en que miles de inmigrantes y refugiados, principalmente de Oriente Medio y África, comenzaron a intentar ingresar.
La UE argumentó que la afluencia fue “un ataque híbrido” orquestado por el régimen bielorruso en represalia por las sanciones internacionales contra Minsk.
Desde entonces, disminuyeron los intentos por cruzar, pero niegan diariamente la entrada a decenas de inmigrantes. Amnistía Internacional advirtió que la nueva ley daría “luz verde a la tortura” y los activistas pedirían que se vetara.
El año pasado, Lituania terminó la construcción de una cerca de alambre de púas de cuatro metros de alto, a lo largo de 550 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, y que tiene en total 700 kilómetros. La vecina Polonia también recurre regularmente a devoluciones forzosas en su frontera con Bielorrusia.
CON INFORMACIÓN DE AFP