Una serie de cartas llegaron a la redacción de este periódico alimentando el Pequeño Manual del matraquero que presentamos ayer, en exclusiva, para los lectores de 24 HORAS Puebla.
Hasta un muy conocido gurú de la política poblana que le encanta practicar el sexo tántrico nos mandó su aportación, así que sin más preámbulos aquí la segunda parte anexada con los siempre atinados comentarios de nuestros lectores:
Paso número cinco: Aspire por la nariz y espire por la boca, repítalo varias veces hasta que logre la conexión con su matraquero interno. Una vez logrado el objetivo, ahora sí, súmese a la cargada. Sea un robot. No piense. Usted no debe pensar. Usted es un soldado del sistema. Tampoco es tan difícil, lo hicieron en el PRI hasta hace unos años. Son los yunques en Acción Nacional, ahora piense que lo hace por su candidato, por la nómina, por la beca y por el presupuesto.
Paso número seis: Si ahorita cobra como diputado practique cada que esté la glosa del informe, con eso hará el músculo correspondiente, por ejemplo, cuando vaya el titular de Salud al pleno de la Cámara, pregúntele algo así como: “señor secretario, gracias por venir a esta soberanía (utilice esos términos que le darán caché de matraquero) a informar puntualmente sobre el trabajo arduo y constante que desarrollan en la dependencia a su cargo, quisiera antes que nada, felicitarlo por el gran trabajo que hacen por las y los poblanos (eh, qué tal, ya ve que sí sirve)y quisiera preguntar sobre el programa de vacunación que tanto bien le ha hecho a nuestros infantes.
Si se da cuenta, mi aspirante a matraquero, no preguntó nada, pero que bonito habla. Es como Javier Solis, “no es que cantara tan bonito, pero paraba su trompita a toda madre”(No habrá final feliz, Taibo II, Planeta 1989). Lo más importante, le ha puesto el balón al funcionario para que se luzca. Usted queda bien, en una de esas logra hasta una gestión y el gobernador lo verá con agrado por cuidar “a sus muchachos”.
Paso número seis bis: Si usted aún pertenece al gremio de la pipitilla valiente y es aspirante a ser de la porra, el confeti y la matraca, bueno, vaya a la sede del legislativo y solo ponga atención al partido de las mayorías, a lo que dicen y cómo se conducen, pero antes, ya sabe: aspire y espire, conecte con su matraquero interior.
Paso número siete: Ahora bien, si usted es un humilde reportero y aspira a ser parte de la cargada, mire ahí le van unas líneas para que vaya practicando: “La semana que concluye cerró a tambor batiente a favor del licenciado Fojaco. El licenciado Fojaco tuvo una semana llena de aciertos y como entiende muy bien que la política es el arte de conciliar llamó a los grupos a sacar la unidad por el partido, convenció hasta sus más duros adversarios de…”
¿Cómo le quedó el ojo? Se trata de hablar bien. Nunca mal. Bien. Ahora cuando vaya a hablar mal de alguien, recuerde: aspirar y espirar y comience con unas líneas más o menos así: “se equivocan aquellos quienes dicen que al Licenciado Fojaco le apestan las patas. No, le huelen, es que él trabaja de Sol a Sol y tiene que recorrer con el pueblo las comunidades. No hay crema ting que soporte esos bonitos pies de atleta, faltaba más”.
Paso número siete bis: Otro ejemplo periodístico digno del pullitzer de la matraca: “El licenciado Fojaco sustituye al Licenciado Popócatl en la delegación de Gobernación. Desde ahí preparará todo para la sucesión a favor del licenciado bigotes. ¿Quiobo?
Paso número ocho: Saque a su lord Molécula interno. Déjelo ser.
Y recuerde siempre las palabras que lo harán triunfar: ¡Hasta la ignominia, señor Presidente!