24 Horas Puebla

La lealtad como la cadera, inquieta, va de un lado a otro

Y como diría el Doctor IQ: “arriba a mi derecha tenemos a una persona a la que le preguntaremos por la módica cantidad de 10 pesos: si Leobardo Soto y la CTM se convirtieron al morenovallismo, porque les dieron obra pública de Audi, ¿Qué fue lo que les prometió en su momento el difunto Miguel Barbosa para que se sumaran con él en 2019?  Posteriormente, en 2021, además de la chambita de regidor para el hijo de Soto con que le pagó Eduardo Rivera Pérez, ¿qué otra cosa le prometió al dirigente sindical para que se sumaran al panista? Y ya, por último, abajo a mi izquierda, ¿qué oferta le hizo Julio Huerta que no pudo rechazar —el mil caras— del movimiento obrero para que saliera a gritar “Julio gobernador”? ¿Hablamos de obra pública, de diputaciones locales o federales u otra regiduría, pero en Zinacatepec…?”.

Si pensó en todas las opciones, la H. Redacción le va a gritar: “¡Peeeeerfectamente bien contestado!”. La CTM se convirtió en una especie de Elba Esther Gordillo pero de por aquí cerquita. A La H. Redacción no le queda más que cantar esa bonita canción que dice así: “vende caro tu amor (tra, la, la, la) aventurera” ¿Será?

Quien traiciona una vez

Y ya que hablamos de infidelidad, un cetemista que se balanceaba sobre la tela de una araña le mandó a decir a la H. Redacción que no es cierto, que nel, naranjas, niguas, niet, es decir, que no. Que no hay traición con el PRIAN ni con nadie porque si en 2019 ya habían abandonado al morenovallismo es porque ya no había más obras en Audi, se acabó el contrato y que, si hoy están con Julio Huerta es porque siguen con el barbosismo. Ahora apoyan al heredero de ese grupo político, es decir, al primo del finado Miguel Barbosa. Así que no hay traición. No le pusieron el cuerno a nadie, el menage a trois político es público y que nadie se haga el sorprendido. Ante ese argumento tan sólido no queda de otra más que proferir el tan consabido ¿Será?

De tin marín, de do pingüe

Ahora que ya salió a la luz pública el pleito entre Augusta Díaz de Rivera y su secretario general Marcos Castro, los panistas que ahora gobiernan ese partido ¿a quién le harán caso a la dirigente estatal o al representante de Eduardo Rivera en dicho comité? La lideresa, como bien saben pertenece a las familias custodias, el segundo también es de los yanquis (yunques), y claro que está comprometido con esa causa, pero no es tan cercano a los Emmelhainz, a los Espina y demás personajes. Surge esta pregunta porque cada que se acerca el proceso de selección de candidatos a senadores, alcaldes, diputados, regidores, los militantes con quién se pondrán de acuerdo de los dos. Y es que ha trascendido que sólo un grupo se quedará con todas las candidaturas, y ya vimos que ahí también hay grandes divisiones. ¿Será?