24 Horas Puebla

Dice el líder de la autollamada Cuarta Transformación que se necesita el 90% de lealtad  y 10% de eficacia. Los aspirantes nacionales lo saben, lo saben y los periodistas lo saben, lo saben. Por ello es por lo que hay perfiles que, de plano, no pasarán, por eso es por lo que su función es hacerle al héroe: levantar la mano y declinar, porque quien declina se inclina.

Vayamos al tema local: a partir de la semana pasada se sumó uno más a la lista de aspirantes a la gubernatura por Morena.

La lista actualizada es la siguiente: Alejandro Armenta Mier, Claudia Rivera Vivanco, Olivia Salomón Vivaldo, Julio Huerta Gómez, Rodrigo Abdala Dartigues, Ignacio Mier Velazco y ahora el médico José Antonio Martínez García.

Si nos vamos por compromiso, es decir, por la máxima lopezobradorista del 90-10 lealtad y eficacia, respectivamente comenzaría la feria de los descartes. Situación que no haremos porque sería un despropósito, empero, veamos quienes serían los que acreditan ese principio lopezobradorista: Ignacio Mier, Rodrigo Abdala y Claudia Rivera iniciaron.

Los tres participaron en la fundación de Morena.

En 2006, Mier Velazco renunció al PRI y se fue a la aventura con su exjefe Manuel Bartlett. Claudia Rivera y su familia se fueron al plantón de Reforma con la consigna: “voto por voto, casilla por casilla” y Rodrigo Abdala comenzaba a simpatizar con la izquierda mexicana, tenía poco tiempo de egresar de la licenciatura en Derecho y había participado como funcionario electoral.

Los tres, para 2012, ya estaban metidos de lleno en la conformación de Morena y de ahí hasta acá. Ese trío fue atacado por la administración de Miguel Barbosa y hoy están en la jugada por la gubernatura de Puebla.

Alejandro Armenta Mier en 2006 aún seguía en el PRI y era funcionario de Mario Marín Torres. En  2012, fue coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto a la presidencia de la República en la entidad poblana, poco antes había coordinado la campaña de Javier López Zavala a la gubernatura.

En 2016 también llevó la campaña de la priista Blanca Alcalá Ruiz a la gubernatura, pero poco después, en 2018 ya estaba en las filas de Morena. En 2019, una vez que se tenía que repetir la elección tras la muerte de Martha Erika Alonso y que había línea nacional para impulsar a Miguel Barbosa, Armenta se negó a aceptar y peleó hasta con los dientes para que no fuera el candidato el oriundo de Zinacatepec.

Más tarde, pudo transitar con el gobernador, pues hasta reapareció públicamente en la matanza del chivo el año pasado. Ya se habían perdonado las afrentas.

Ahora bien, Julio Huerta Gómez fue perredista casi toda su vida y dio el salto a Morena en 2018. No fue un personaje conocido hasta que estuvo en Gobernación estatal y se hizo más famoso porque coordinó la campaña de Claudia Sheinbaum.

Olivia Salomón Vivaldo nunca había participado en política hoy es la vocera de Sheinbaum y mantiene una relación muy cercaba con Tatiana Clouthier. Anteriormente se supo que apoyó a Martha Erika Alonso en los comicios de 2018.

Finalmente, el médico José Antonio Martínez García, su única participación en la vida política fue cuando evitó que la mamá del niño Tehuiatle Tamayo fuera a declarar porque los policías de Rafael Moreno Valle dispararon una bala de goma que mató al infante. Posteriormente se hizo funcionario estatal hasta que renunció. No milita en Morena.

Aparecen las siguientes preguntas, de los siete ¿quién es más leal a la 4T? ¿Quién levantará la mano y se inclinará? ¿Quién será el que se aberdeje (por aquello de García Berdeja vs. Guadiana en Coahuila), ¿Quién aspira sólo a ser en caso de que sea mujer? ¿quién realmente se la merece? ¿Quién es un reintegro como de la lotería?

Si ya llegó hasta este punto de la columna, felicidades, porque le tengo una mala noticia: aún así no hay nada para nadie, es más, todavía es parte de la guerra de las especulaciones.

Al menos, seis de siete, sí tienen posibilidades.

¡Salud!