Noticia uno: El caramelo de la ansiedad fue tragado de un bocado, pero se quedó pegado en las paredes intestinales, aún no es depositado en el WC, correspondiente.
Noticia dos: El caramelo de la ansiedad se lo tomaron al menos dos equipos de campaña a nivel estatal, a nivel nacional Marcelo Ebrard va al baño a pujar a ver si por fin desecha esa ansiedad presentada a manera de dulce envuelto en papel celofán.
Noticia tres: Varios periodistas también se tragaron esa golosina. Se nota en su actuar, en lo que postean en sus redes sociales, en su desesperación. Les hizo mucho daño estar a la sombra del león y que este dejara de existir.
Noticia cuatro: En los principales equipos de campaña hay hooligans, unos amenazan periodistas otros lo hacen desde el anonimato de las redes creando páginas falsas, clonando medios de comunicación, armando campañas negras contra la familia de comunicadores, en fin, es tanta la necesidad de expulsar la golosina de la ansiedad pegada en sus intestinos que la guerra de excremento sale hasta por sus ojos y lo peor es que los candidatos que los representan a ellos, ni los ven ni los oyen. Se parecen a su líder máximo cuando le preguntan sobre Lagos de Moreno: “no oigo” … “les voy a contar un chiste”.
Entre más pasa el tiempo los golpes bajos en Puebla van a ir in crescendo y todo por ese virus de la ansiedad. La angustia mal tratada provoca pequeñas muestras de violencia, de golpes en la mesa, de gritos fuera de lugar, tiempo y circunstancia.
Es como cuando usted escucha al vecino pelearse con la esposa por la cantidad de adeudos que tienen por sus tarjetas y de pronto ve cómo patea al gato que iba pasando justo debajo de sus pies.
Eso ocurre en estos momentos y la violencia entre los seguidores de los equipos de campaña incrementará progresivamente, porque al menos uno de los dos punteros en las encuestas no aceptará declinar por su primo y su más cercano adversario.
El problema es que al no haber nada, porque no hay nada, Morena se comporta como el médico del Seguro Social: una persona llega a decirle que se siente muy mal del estómago, que le duele muchísimo, es más, camina prácticamente doblado del dolor y el doctor sólo le dice que es algo que se comió y no se dio cuenta que era una apendicitis a punto de convertirse en peritonitis.
La dirigencia de Morena ve cómo se empiezan a mandar mensajes, cómo patean al gato frente a los vecinos, cómo se gritan, cómo se denuncian, cómo avientan la puerta, cómo es que le dicen que no se tragaron el dulce de la ansiedad, que se los empujaron por la boca y ahora ellos lo traen cargando y la guerra está ahí y no son capaces de admitirlo, llamar a la prudencia y mucho menos dar un golpe en la mesa.
Empezaron con meter a la familia, luego a clonar páginas de medios que sí existen, luego armaron guerra sucia con videos en Facebook pagando un pautado para diseminar la guerra sucia.
Lo que nadie entiende es por qué, si como dicen van arriba en las encuestas, se presten a esa guerra, a esas campañas, porque quien va arriba debe dedicarse a construir más, no en atacar a su segundo lugar.
Además de ansiosos, pésimos asesores.
Noticia cinco: algo huele mal en Morena Puebla, la golosina de la ansiedad se pudre en los intestinos de los contendientes.