El peor síntoma de quien aspire a ser gobernador es la desesperación, el nerviosismo, la angustia. Es la primera forma para comenzar a vislumbrar quién puede y a quién de plano se le complica. Los que viven todo el tiempo envueltos en la angustia sólo son personajes que no saben controlar sus emociones y que lo único que tienen seguro es que no existe claridad.
Es la falta de asertividad que se convierte en guerra sucia.
En el fondo de un violentador siempre habrá un miedoso.
Detrás de todo tipo de campaña negra siempre habrá un hombre nervioso, preocupado, tenso, molesto, si fuera de otra manera, no tendría por qué meterse a ensuciar a sus adversarios.
Quien va ganando no amenazan periodistas, no atacan con bots, al contrario, se les ve contentos, los golpes bajos los toman como pequeños piquetes al ego, porque saben que no pueden descontrolarse, saben que es parte del juego y no se detendrían a atacar.
Así que si se quiere ver quién no va, hay que ver qué tanta guerra de lodo avienta.
De lo contrario, el ataque sería frontal.
Directo y sin golpes bajos.
Lo que hemos visto aquí en las últimas semanas es lo opuesto.
En el caso de los que operan desde las sombras, esos, necesitan verdaderamente ser muy buenos perversos para engañar a todos. En esta campaña interna de Morena no se percibe perversidad de los operadores, se nota más nerviosismo porque todos los que se meten en esa ruta, dejan huellas.
Claro, nunca falta quien se sienta el rey de la perversión y así lo quiera presumir:
—Fojaco, somos malos, muy malos, —diría un Malagón cualquiera como comediante de televisa quien no provoca ni una sonrisa y sólo puros bostezos.
Lo mismo pasa con los matraqueros incrustados en sus equipos de campaña y en la prensa aplaudidora.
A veces, nuestros Fojacos, se ponen tan nerviosos que atacan sin ton ni son, avientan basura por todos lados con dos fines: que les hagan caso para un contrato o de plano a ver si con unas patadas al tablero se modifican las piezas del ajedrez.
Los periodistas tienen influencia sí, por supuesto que sí, pero en un sector que toma decisiones, pero a veces, ese sector no se va con la finta con todo lo que escribe algún Malagón o un Menchaca cualquiera; para que tenga éxito deberá ser algo verdaderamente bien planeado con un buen tiro de precisión, porque de lo contrario sólo es golpeteo y campaña barata.
La filtración de encuestas de manera desesperada es otra característica de quien no va a ser, porque ese exceso de publicaciones lo quiere vender como un método de presión.
De esa forma se justificaría su ruptura y su amenaza.
Lo que muchos no quieren ver es que las encuestas se van a manipular poco a poco y que cuando salga la que se crea desde la cabeza del presidente de la República todos los estudios se cuadrarán para que no haya dudas.
El exceso de filtración de encuestas sólo habla de mucha tensión, de la desesperación para generar una idea en la psique del círculo rojo, si es que piensan que los electores comunes y corrientes leen los estudios demoscópicos, están verdaderamente jodidos.
Si llegó hasta aquí y no se siente identificado con lo aquí descrito, felicidades, qué aguante de leer a este tundeteclas y en una de esas se le hace el milagrito, es decir, no se molestó por lo aquí descrito.
Fojacos del mundo, uníos.