Considerado como un emblema del movimiento agrario de nuestro país, Emiliano Zapata fue un caudillo que formó parte del movimiento revolucionario iniciado por Francisco I. Madero y que luego de diferencias con los dirigentes, encabezó el movimiento de liberación de tierras para los campesinos.

Conocido mundialmente como “El caudillo del sur” o “El Atila del sur” y que inmortalizó la frase “Prefiero morir de pie a vivir arrodillado”, nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, Morelos, parecía que su destino era formar parte de las luchas sociales de nuestro país, esto debido a que su abuelo formó parte del ejército de José María Morelos y Pavón.

Además de que sus tíos paternos también participaron en la Guerra de Reforma y tuvieron participación defendiendo a México en la segunda intervención francesa, desde muy joven inició trabajando en el campo, fue ahí cuando se fue involucrando en las juntas campesinas para defender a los productores agrícolas.

Con el lanzamiento del “Plan de San Luis”, elaborado por Madero, Zapata se vio muy interesado en el fragmento que señalaba la devolución de las tierras a los campesinos, encontrando puntos en común con sus ideales, con esto y a lado de más de 60 trabajadores, se levantaron en armas para acompañar la revuelta revolucionaria.

Al triunfo de la revolución y con el destierro de Porfirio Díaz, Emiliano Zapata se negaba a entregar las armas hasta que el nuevo gobierno se comprometiera a cumplir su palabra, luego de que la relación entre ambas partes se fracturó, Emiliano Zapata formuló el “Plan de Ayala”, en el que destacaba el concepto de “La tierra es de quien la trabaja”.

El ejército de liberación del sur se mantuvo activó de manera muy importante en los años siguientes, esto debido a la guerra contra Victoriano Huerta y a las disputas contra el ejército constitucionalista de Venustiano Carranza.

Fue el 10 de abril de 1919, en la hacienda de la Chinameca en Morelos, que Emiliano Zapata fue traicionado por el coronel Jesús Guajardo, esto al hacerle creer que se cambiaba de bando y una horda de soldados que se encontraban escondidos lo acribillaron, no obstante, sus ideales han perdurado con el paso de los años, no solo en México, sino en Latinoamérica.