Trascendió ayer por la tarde que, si la actual auditora Superior del Estado (ASE) no renuncia entre hoy y mañana a su cargo, será este viernes cuando le lean la cartilla, le muestren todas sus irregularidades que incurrió en su triste gestión como fiscalizadora y de no hacerlo tendría serios problemas, incluso, legales.
Ayer, al medio día, a Amanda Gómez Nava se le vio muy campante, incluso, apareció en una postal con tintes de retadora en las puertas del Legislativo; por fin, ella se animó a confrontar a la prensa y aseguró que está muy segura en su cargo y en su encargo, por lo que se quedará hasta el fin de los tiempos. Seguro, recordó que ese cargo legalmente es autónomo, pero se le olvidó que la autonomía tiene ciertos límites y cuando éstos se rosan, el fin se acerca.
Gómez Nava llegó a su cargo en medio del escándalo, su antecesor fue encarcelado. Ella fue impuesta. Todos recuerdan que en su examen no pudo hilar sus palabras para definir cómo se arma una cuenta pública. Tenía la venia del entonces gobernador, el problema fue que su protector ya no está. Que ella no reportó un daño financiero al erario por 600 millones de pesos y no quiso informar sobre un adeudo al SAT por 700 millones.
Se le tendió la mano, pero la rechazó. Hoy, por hoy no le quedará más que renunciar porque su desempeño será un arma en tiempos electorales. Ella y quizá sus asesores piensan que es intocable, pero se le olvidó la máxima de Alfonso Capone en la película de Bryan de Palma Los Intocables, 1987: “todos somos vulnerables”.
Así que si usted aprecia a Amanda Gómez Nava cómprele unas cajas de huevo, porque en próximos días las va a necesitar.
Pero al final es un trascendido, así que no queda más que preguntar el multicitado: ¿Será?
Para joder al vecino
La pregunta hoy en Puebla es: ¿quién de los siete aspirantes a candidatos a gobernador por Morena será el Marcelo Ebrard? ¿El Ricardo Mejía Berdeja? ¿El que provoque el boquete más grande que los 600 millones que le regalaron al banco Accendo?
Surgen otras preguntas: ¿quién de los siete pre-pre-precandidatos es el conciliador? ¿Quién al llegar (si es que gana la gubernatura) cobrará venganza, exhibirá sus rencores, invalidará sus acuerdos?
¿Quién será más tolerante?
La primera duda surge porque entre más se acerca el tiempo, más nerviosos se ponen en todos los equipos de campaña. Hasta ahí, es natural, normal, humano. Han gastado muchísimo dinero (al menos cuatro de ellos). Además, qué pasará si es que uno de los aspirantes hace el berrinche de su vida, llama a la rebelión, impugna el proceso y provoca el triunfo de Eduardo Rivera Pérez (el natural candidato por el Frente).
Se espera que al menos uno de los siete (Armenta, Mier, Salomón, Rivera, Huerta, Abdala y Martínez) rompa la liga si es que no resulta electo.
Una fractura en este momento puede ser mortal porque el aspirante del PRIAN es quien cuenta con buenos números sin haber hecho campaña, sólo ha sabido jugar con la idea de que será entre octubre y diciembre cuando defina su futuro político. Su mismo equipo de campaña ha dejado correr la versión de la reelección y del Senado, aunque no le quedará más que ir por la gubernatura porque ninguno de esos tres partidos tiene la capacidad para dar la batalla.
Las siguientes interrogantes son igual de importantes, porque ya conocimos a qué huele la pus de los gobernantes cuando cancelan el concepto de la reconciliación. Cuando todo se basa en amenazas, gritos y sombrerazos
Los matraqueros de los candidatos no observan eso (aún insertados en la prensa); ellos quieren el poder para vengarse. Hoy que vivimos una época de diálogo con Sergio Salomón Céspedes se respira tranquilidad y se respetan los límites.
¿Cómo saber quién es quién?
Pistas para el respetable que siempre exige nombres: abran X (antes Twitter) y vean quién ha clonado páginas informativas, quién ha amenazado periodistas, quién ha armado campañas negras, quién usa apelativos contra sus propios adversarios y quién ha soportado la crítica.
Infancia es destino, decía Sigmund Freud.
En la biografía de cada uno de los contendientes aparecerán las respuestas correctas. Quién se ha deslindado de sus benefactores, quién ha reclamado por no pensar igual. Uno de ellos que ha hecho berrinche públicamente. No se necesitan tres dedos de frente para obtener las respuestas.