Una semana después de las devastadoras inundaciones que arrasaron la ciudad libia de Derna y dejaron miles de muertos, los rescatistas locales, apoyados por equipos extranjeros, continuaron ayer la búsqueda de los cuerpos de las personas aún desaparecidas.
Los equipos, vestidos con trajes protectores y con mascarillas continúan con la ardua tarea de buscar supervivientes que puedan estar atrapados en el lodo o entre los edificios destrozados, los coches que fueron aplastados o bajo los árboles tumbados.
Las agencias de la ONU advirtieron que los habitantes de Derna necesitan urgentemente agua potable, alimentos, refugio y suministros básicos ante el creciente riesgo de cólera, diarrea, deshidratación y desnutrición.
Mohammed Al Zawi, de 25 años, relató que la noche de la tragedia vio torrentes de agua que arrastraban autos con gente dentro, personas a la deriva en las aguas y objetos empujados por la corriente.
Según un último balance del ministro de Salud, Othman Abdeljalil, el desastre dejó 3 mil 283 muertos.
La Media Luna Roja Libia desmintió ayer un balance emitido por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) de que hay 11 mil 300 muertos, que citó como fuente datos de esta organización local.
La tormenta Daniel golpeó Derna el 10 de septiembre provocando el colapso de dos presas.
Mohamad Abdelhafidh, libanés que vive en Derna desde hace décadas, contó que estaba durmiendo cuando sintió un “temblor” y vio como el agua subió hasta su apartamento, que está en una tercera planta: “vi la muerte”, dijo.