Todos Unidos contra el Morenacho.
Desde el arranque de la pre-pre-precampaña, Julio Huerta y Alejandro Armenta pactaron. Es obvio que lo nieguen en público, pero en los hechos es evidente el acuerdo: “si no me toca a mí, te toca a ti”. Ambos con otro objetivo claro: bloquear el paso al líder de la mayoría de Morena en la Cámara baja: Ignacio Mier.
La mayoría del Consejo Estatal de los guindas cuando vio la convocatoria (sin leer las letras chiquitas) se sobó ambas manos. Es demás sabido que quien controla ese órgano de dirección es Julio Huerta a través de Andrés Villegas y desde ahí se elabora todo tipo de acciones a favor del exsecretario de Gobernación.
La mayor parte de los consejeros son barbosistas. Y si a alguien quería pulverizar Barbosa era a Nacho Mier, tan fue así que usó la denuncia penal de Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera contra sus exsocios. Hoy, hasta el facturero Daniel Tavera ya no le encuentran ningún delito en las auditorías practicadas.
Rodrigo Abdala, delegado de Bienestar, quien también aspira a gobernar Puebla, si bien no se sabe que mantenga diferencias con Mier, ha trascendido que se sentó varias veces con Huerta y no extrañaría que pudiera decantarse al nuevo TUCOM o al menos, ese grupo lo trataría de meter en su algoritmo.
Olivia Salomón es cercana a Claudia Sheinbaum, pero también la une una simpatía con el gobernador Sergio Salomón Céspedes. Si no tocara mujer, ¿ella por quién se apostaría? ¿Por Huerta? ¿Por Armenta? O se uniría a no dejar pasar al morenacho.
Liz Sánchez, titular de Bienestar estatal, declaró recientemente que ella declinaría por Julio Huerta en caso de que no fuera mujer la electa en las “encuestas” y, aunque el Profe Anaya invitó a un acto público a Mier Velazco, los petistas le hicieron saber que su candidata es la funcionaria, no podría ser de otra manera. Recordemos que ella también salió del barbosismo.
Claudia Rivera mantiene una relación cordial con Ignacio Mier. Antes, fue aliada de Alejandro Armenta, pero algo ocurrió que la exalcaldesa rompió con el senador. Al principio, Rivera Vivanco y Mier Velazco estaban alejados, pero desde hace meses, ambos grupos dejaron de atacarse. La expresidenta municipal no se aliaría con Julio Huerta y muy pocos consejeros estatales la apoyarían.
El doctor Martínez no se aliaría a Nacho Mier. Aunque carece de grupo interno en Morena, es más fácil que se apueste por la dupla Huerta-Armenta. Y si hablamos de doña Rosario Orozco, pues ella y sus seguidores se les vería apostados con Armenta. Sólo queda la duda sobre si mantiene buena relación con su primo político Julio Huerta.
Viene un tercer elemento, Ana Teresa Aranda fue y es militante de El Yunque. Nadie le critica que denuncie a Nacho Mier ante el IEE, está en su papel de opositora; lo que llama la atención es que no cuestione ni a Armenta ni a Huerta, mucho menos a Olivia Salomón por promoción indebida o uso de espectaculares. Y si vemos que otro yunquito municipal (a quien le dicen La Cosa) ya anda hasta de volantero de Armenta, uno podría pensar que la derecha poblana está interesada en la elección de Morena.
No lo duden. Todos conocemos a Ana Teresa Aranda y sabemos cómo la ultraderecha poblana se prestó para defender a Mario Marín cuando fue el escándalo Cacho. Dicen algunos morenovallistas puros que sabían cómo Marín y López Zavala le prestaban hasta el helicóptero de Casa Puebla para que ella recorriera el estado. La derecha juega un papel en esta elección interna de Morena.
Medios de comunicación, columnistas, encuestadores y tuiteros también se han subido al TUCOM.
Surgen algunas dudas: ¿qué hizo o qué dejó de hacer el diputado federal Mier para ser el enemigo a vencer?
La apuesta final del morenismo poblano es que todo quede entre ¿Armenta o Huerta? Y si es mujer Olivia Salomón.
¿Cómo romperá los pilares cubiertos de oro y plata ese jicotillo que anda en pos de Casa Aguayo?
El único que destrozaría todos esos acuerdos, de los cuáles no hay pruebas, pero tampoco dudas, sería el auténtico dueño del Movimiento de Regeneración Nacional.
Mientras tanto, vamos por unas palomitas que esto se pone bueno.