Bajo duras acusaciones de la oposición de derechas, el socialista Pedro Sánchez defendió ayer la amnistía que acordó con independentistas catalanes a cambio de un nuevo mandato al frente del Gobierno de España.

“Hemos antepuesto el reencuentro a la venganza. En definitiva, la unidad a la fractura”, afirmó Sánchez, en el poder desde 2018, durante su discurso de investidura ante el Congreso de los Diputados.

Es necesaria para cerrar las heridas abiertas por esa “crisis política de la que nadie se puede sentir orgulloso”, continuó, al asegurar que garantizará “la unidad de España por la vía del diálogo y del perdón”.

El debate, que empezó a mediodía y duró más de nueve horas, marcó la primera de las dos jornadas de la investidura, que concluirá hoy con la votación que, salvo sorpresa mayúscula, tendrá a Sánchez como Presidente para un nuevo mandato.

En su discurso, de una hora y 45 minutos, defendió la constitucionalidad de esta medida, a la cual se oponía en el pasado, y pidió a la derecha, que movilizó a cientos de miles de personas en la última semana, algunas con enfrentamientos contra la Policía, que demuestren “responsabilidad”.