Credit: Sara Martínez

Arropado por la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, el intérprete Manuel Mijares celebró en el Auditorio Metropolitano de la capital poblana el octavo aniversario de su producción Sinfónico, con la que en 2016 envolvió en oropel y gala sus 30 años de carrera y que recoge un concierto grabado en el Palacio de Bellas Artes.

Luciendo un terno de negro con figuras, José Manuel Mijares Morán -su nombre completo- consiguió un lleno total en el recinto que tiene capacidad para 5 mil 444 personas y, desde su aparición en el escenario, desató los aplausos y el reconocimiento del público poblano.

Además de la orquesta que auspicia el gobierno estatal, el intérprete de Corazón Salvaje contó con su alineación completa de músicos, algunos que vienen compartiendo con él presentaciones y grabaciones en estudio desde hace más de tres décadas.

De buen humor y, por momentos luciendo sus mejores pasos, en su tan característica forma de bailar, el cantante abrió comenzó con la rítmica canción Si me enamoro, tras una obertura que reprodujo el ambiente de grandiosidad que se imprimió en el disco en concierto “Mijares Sinfónico” de 2016, del sello Warner.

HOMENAJE A LA TROVA

Luego de algunas de sus canciones más conocidas, algunas presentadas en popurrí, como Tan solo, del cantautor Alejandro Filio, Manuel Mijares llegó al homenaje que desde hace años ha hecho a los trovadores cubanos Pablo Milanés, ya desparecido, y Silvio Rodríguez, con su particular versión de las canciones Para vivir, del primero, y Ojalá, pieza insignia del segundo, para la que llamó a acompañarlo a un percusionista oriundo de Cuba, quien le imprimió un sello caribeño.

EL MOMENTO DE HUMOR

Al llegar a la canción Si me tenías que, cuando salió en el año 2013, se asoció con la entonces reciente separación de su hoy exesposa Lucero, Mijares aprovechó para bromear con el tema. Dijo que esa pieza nada tiene que ver con él, que sólo es un transmisor del autor.

“Esa canción, si ustedes creen que tiene que ver conmigo, nada tiene que ver conmigo. Nada. Nada. Yo soy un simple transmisor de la poesía del autor”, dijo e hizo una pausa, para rematar: “bueno, sí duele un poco”, reconoció, mientras estallaban las risas del público.

Y siguió con las bromas sobre la canción: “pero ¿qué pasa con esta canción? Mejor nos la saltamos. Sáltensela”, dijo a sus músicos, lo que generó un rotundo “no” en coro masivo de la audiencia.

Después, dijo que lo que sí era cierto, es que la historia de la canción que habla de una infidelidad femenina le había pasado a varios de sus músicos, a uno en particular, Raúl, agregó, “lo malo es que le pasa cada 20 días”, cargó contra él en tono bromista y luego terminó cantando la canción.

PLURALIDAD POLÍTICA

La noche fría del sábado 17 de febrero en Puebla se había convertido ya en un recital de añoranzas y melancolía de la generación que lo miraba, con canciones como Baño de mujeres, Siempre, Uno entre mil y la indispensable en su repertorio, Soldado del amor.

El público mayoritariamente maduro, que superaba en promedio, a la vista, los 40 años, gozaba y recordaba al ritmo que imponía el intérprete de 66 años, quien hace décadas dejó guardado su título de administrador de empresas, para dedicarse a pisar los escenarios.

En las primeras filas, varios políticos y funcionarios gozaban del espectáculo, sin mediar en colores ni orígenes partidistas.

José Manuel Mijares Morán resultó también un eje de pluralidad y respeto ideológico en la velada poblana del Auditorio Metropolitano.

Eso que no ha logrado ni el Instituto Nacional Electoral (INE).

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