@jesibalta
Este martes prácticamente toda la mañana y buena parte de la tarde, el periférico ecológico estuvo convertido en un caos a la altura de Ciudad Judicial, por una manifestación de colectivos en apoyo a Rocío, quien acusa al padre de su menor hija, Luna, de un presunto abuso. Y, hay que mencionar, es él quien tiene bajo su custodia a la niña. Pero, el tema no es para nada simple, ni puede observarse desde una sola óptica.
No es la primera vez que la madre recurre a actos que atraerán la atención mediática. Se ha hecho presente lo mismo en eventos públicos del presidente López Obrador, que del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, para con lágrimas y angustia pedir le regresen a su hija de apenas 8 años, quien vive con su padre, por orden de un juez.
La madre fue más allá y señaló al padre por el supuesto abuso sexual de la menor. Como era lógico el tema se hizo viral en redes sociales y éste fue condenado por los usuarios sin juicio de por medio.
Sin embargo, el padre, César Isaac, enfrentó las ofensas y a través de un video habló de lo que afirma, en realidad ocurrió. El encono de Rocío se originó, asegura, al enterarse que tenía una nueva pareja. Por lo que, refiere su expareja, inventó la historia de abuso y logró manipular a la pequeña.
Pero ahí no terminó el enojo. A pesar de un acuerdo de 2017 firmado en el Juzgado de lo Familiar, donde la custodia de la menor quedaba bajo la responsabilidad de Rocío, el padre solicitó la modificación en 2019 al observar que la menor estaba siendo violentada por su madre, quien además le impedía verla.
Lo interesante del caso es que no ha quedado en dimes y diretes, de acuerdo con el Sistema Integral de Expedientes del Poder Judicial Federal, las cosas no son como las narró Rocío.
El 30 de noviembre de 2022, la juez Cuarto de Distrito en Materia de Amparo Civil, Administrativa y de Trabajo y de Juicios Federales en el estado de Puebla, Blanca Alicia Lugo Pérez, resolvió otorgar al padre la custodia de la menor y no sólo eso, advirtió que no hubo daño sexual alguno y sí, luego de una serie de pruebas periciales y valoraciones psicológicas, quedó expuesto que quien agredía a la pequeña era su madre.
Le comparto un fragmento del texto, bastante revelador:
“Lo que en la especie acontece, pues de la narrativa de la sentencia sujeta a estudio, se advierte que, si bien no se acreditó la violencia sexual del padre en contra de la niña, sí se acreditó la violencia psicológica que la progenitora infunda sobre la infante involucrada.
Y, por otro lado, conforme a las constancias del juicio de origen, se colige que, en este momento, es el progenitor quien podría darle una mayor estadidad física y emocional a la niña, pues conforme a lo obtenido de las pruebas psicológicas y socioeconómicas practicadas al progenitor, se colegie que éste tiene los medios físicos y emocionales para estar a cargo de su hija.
¿Hasta dónde la causa de las mujeres realmente lo es?
¿Hasta dónde el engaño forma parte de la trama?
¿Hasta dónde usan la lucha justa y honesta de muchas en beneficio personal?
¿Se vale?
Por cierto, la madre ha señalado que continuarán los bloqueos a las calles hasta que le devuelvan a la niña. ¿Y la ley? ¿Mediatizar los juicios para inclinar la balanza? ¿Qué pasará con la credibilidad de quienes enfrentan problemas de abusos?
Por: Jésica Baltazares