El Viernes Santo también se vivió en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Mérida, unas 300 Personas Privadas de su Libertad solemnemente atestiguaron la representación de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazareth. Por poco más de una hora William N encarnó a Cristo, para él fue un honor dar vida a ese papel, encontró su espiritualidad en el encierro está por concluir su preparatoria, comenzar a futuro su carrera, pues ha aprendido de sus errores.
Minutos después de las 10 y media horas un total de 60 internos e internas, entre actores, actrices y staff llevaron a cabo el tradicional vía Crucis vivienda al interior de este centro de reclusión. El papel protagónico le tocó a William N, un joven de 27 años de edad que apenas el año pasado estuvo tras bambalinas. Dijo que un periodo de reflexión y preparación para representar al nazareno.
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La travesía no fue sencilla, la cruz pesaba 90 kilos, de un color obscuro, sólida que se hizo más difícil de cargar por la cantidad de calor que absorbió y los metros con la que William la llevó a cuestas hasta su estación de la cruz final, ese espacio que para los internos fue el Gólgota. Los actores dan todo en la representación, sus vestuarios son sencillos, confeccionados a mano y los portan con orgullo.
Los siguen muy de cerca los agentes de seguridad del centro penitenciario, no hubo incidentes, los cánticos religiosos y por ratos un silencio solemne inunda el lugar. Jesús es condenado, azotado, le ponen la corona de espinas, cae tres veces y es crucificado.
El Jesús del CERESO descansa luego de su papel concede una entrevista para los diferentes medios de comunicación que este Viernes Santo se dieron cita en el lugar. Con el maquillaje que da muestras de la tortura que recibió el nazareno reflexiona que es muy importante el papel, ya que es el centro de la fe cristiana.
Cita el evangelio de San Juan capítulo 3 versículo 16, “tanto amó dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que crea vivirá para siempre”. Dice haber encontrado redención y cobijo en la fe sabe que está preso por sus errores del pasado, cumple una sentencia por delitos contra la salud, drogas, asegura que ya se ha encontrado, terminó su preparatoria en el encierro y está listo para estudiar una carrera en lengua inglesa.
Le quedan alrededor de dos años para saldar su deuda con la sociedad, está preparado para no cometer los errores se ha refugiado en la jefe un motor que dice lo ha hecho mejor persona.
Por: Guillermo Castillo