Convencido en que sus 19 temporadas al frente de equipos profesionales y selecciones nacionales le ayudarán en este proyecto, que arranca con Diablos Rojos en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional, el argentino Nicolás Casalánguida visualiza un primer año de aprendizaje para la nueva franquicia, con la idea de aprovechar cualquier aspecto posible para pelear lo más alto del campeonato tricolor.
Con un aval de seis años de dirigir en México tras sus experiencias previas en Aguacateros, Furia Regia y Halcones Rojos, además de 19 temporadas como entrenador profesional entre los que sobresale su paso por la selección de Argentina, Casalánguida habló en su primera conferencia como manager de los Escarlatas sobre los retos que tendrá la franquicia debutante en la duela mexicana.
“Cuando arrancan los equipos, éstos no se vuelven ganadores de un día para otro. Hay que construirlos con el tiempo y ahorita estamos en ese proceso. Yo soy muy mesurado porque sé a dónde voy y las ambiciones del equipo, pero entiendo que primero hay que armar al plantel”, señaló el argentino.
Al indicar que hoy existe un avance de entre el 60 y 70 por ciento del roster ya asegurado, aunque solo con Gael Bonilla como primer jugador firmado, Nicolás afirmó que más allá de las visorias que han establecido junto al gerente general, Nick Lagios, alrededor del mundo y con la posibilidad de tener a ocho extranjeros como parte del nuevo reglamento, este primer plantel de Diablos estará constituido por jugadores que ya cuenten con experiencia en la LNBP y las competencias FIBA (Federación Internacional de Baloncesto).
El sudamericano asegura que entre las particularidades que tiene la LNBP, está la necesidad de tener a jugadores con experiencia en territorio mexicano, por la facilidad que habrá para entender los distintos niveles de juego, arbitraje y de entrenamientos. “Es un tema importante y creemos que debemos tener un núcleo fuerte de jugadores con estas condiciones”.
Casalánguida asegura que la liga mexicana es una potencia del continente en la que se promueve un gran nivel de baloncesto y cuya principal debilidad radica en lo corta que es la temporada (seis meses) a diferencia de otros torneos en el mundo y de la región en donde se compite durante un mínimo de nueve meses.
“El nivel de una competencia creo que se da a partir del nivel de los jugadores y la capacidad de los entrenadores e incluso los árbitros, más la potencia de las instituciones. La LNBP es una de las mejores competencias en el continente sin lugar a dudas porque reúne a los mejores talentos dentro y fuera de la duela”, apuntó.
Por Daniel Paulino