Cada vez más presente en la sociedad, la Inteligencia Artificial (IA) permea el rubro militar con el uso de drones en los diferentes conflictos actualmente presentes a nivel mundial, como esa tecnología que, según un experto consultado por este diario, es considerada como el nuevo rostro de la guerra.
“En el futuro, las guerras serán acompañadas cada vez más de drones, veremos la utilización de estos como el nuevo rostro de la guerra, ya presentes, aunque sin desaparecer todas las otras herramientas militares, pero serán un elemento más del perfeccionamiento de la capacidad de destrucción de los adelantos tecnológicos que han evolucionado a lo largo del tiempo”, afirmó David García Contreras, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón.
“Habrá batallas en donde serán drones los únicos que se enfrenten, lo que nos recuerda a aquellas películas de ciencia ficción donde veíamos aviones no tripulados, aparentemente muy lejanos, que hoy son una realidad”, agregó el experto en Seguridad Pública e IA.
Para el analista de política internacional, la IA, aunque con limitaciones en la toma de decisiones o personalidad, intentar seguir los pasos de la inteligencia para crear máquinas y software para emular la mente humana, encontrándonos en una fase donde generalmente hay personas detrás programando, pero con un siguiente paso: la creación de máquinas y software que se autorregulan y que tengan emociones.
DERECHOS HUMANOS
Esta situación, presente también en películas de ficción, no sólo preocupa en el mundo como una visión apocalíptica del futuro, sino que puede ser un atentado a la ética, los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y hasta la democracia, de acuerdo con organizaciones como Amnistía Internacional.
“Existen intentos por regular, entender y llenar los vacíos en torno a la Inteligencia Artificial y el uso de drones, como se trata de una laguna jurídica, va más lento el derecho que los avances tecnológicos, muchas veces en la secrecía militar”, explicó García Contreras.
“Hay desde misiles que se autoregulan por Inteligencia Artificial, robots militares para desactivar minas, robots médicos, auxiliares de voz y drones, ubicados dentro de este tipo de vehículos no tripulados, que se encuentran presentes en el aire, el mar y hasta en el espacio”, detalló el experto, al mismo tiempo que aclaró: “la secrecía del uso militar hace que no haya tanta información pública sobre el uso de drones en los conflictos”, así como de la cantidad de drones con los que cuenta cada una de las naciones productoras de vehículos no tripulados
PODER POLÍTICO Y ECONÓMICO
García Contreras también explicó que son países como Estados Unidos, China, Rusia y la Unión Europea, quienes tienen supremacía económica les da la posibilidad de invertir en desarrollos tecnológicos y militares, en cambio hay países más pobres que, incluso, no invertirán en drones para vigilancia, porque tienen otras prioridades.
En el caso de México, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) compró seis sistemas antidrones para evitar un ciberataque o un posible lanzamiento de granadas, pero no cuenta con este tipo de artefactos para el combate, a pesar de que organizaciones criminales se encuentran en procesos de producción de estos de manera ilegal.
En zonas de conflicto, como “Ucrania, que al comienzo de la guerra (con Rusia) sólo existían siete fabricantes de drones, pero un año después había 150, la mayoría empresas privadas, apareciendo la necesidad del mercado y la posibilidad del negocio”, de acuerdo con el analista.