Felices estaban el gobernador Sergio Salomón y el presidente Andrés Manuel López Obrador del desfile conmemorativo a la Batalla de Puebla.
En el último acto del mandatario de su sexenio, se mostró contento, aplaudiendo, rodeado del poblano y de la titular de Gobernación, Luisa María Alcalde.
Al tabasqueño le gusta la parafernalia que se vive en Puebla, contrario a los políticos de la derecha que gobernaron antes que él, que sólo veían al desfile como un momento de reunión política y de acuerdos.
Odiaban el baño de pueblo, ese que tanto gusta al Ejecutivo federal, que le llena de orgullo patriota y energía vital para el último tramo. Es el único desfile, fuera de los dos de la capital, al que acude personalmente.
¿Será?
Colorido
Otro desfile, alterno al oficial, se dio del otro lado de las vallas, en donde las y los poblanos disfrutaron de la parada cívico-militar.
Este fue el de las candidatas y candidatos a puestos de elección popular. Miles de sombrillas regalaron, así como su respectivo volante, bolsas y demás utilitarios, sin importar si viven en el distrito.
Los colores azules, guindas, rojos, naranjas, verdes inundaron las calles de Puebla. Otro desfile.
¿Será?
Clase de historia
No cabe duda de que al presidente López Obrador le encanta la historia, sobre todo la de los mártires y las gestas heroicas.
En su discurso en la toma de protesta de los conscriptos del Servicio Militar Nacional, el mandatario se echó un speech digno de un maestro de la materia en una escuela.
Y los alumnos, alumnas, que estaban en el presídium, al igual que en las instituciones, se la pasaron metidos en el teléfono celular.
Un caso: la secretaria de Gobernación. Dirían que en ese momento estaba checando la gobernabilidad del país vía WhatsApp, o Telegram.
Otro más, el titular de la Defensa Nacional, el general Luis Crescencio Sandoval, quien estaba recibiendo el reporte de cómo iban a salir los elementos militares en el desfile. ¡A lo que están!
¿Será?
Victimez
Sin alusiones personales ni indirectas, hacerse la víctima lo que provoca es lástima, del espectador.
No da votos, no da golpecitos en la espalda. Y peor cuando no eres el, digamos, protagonista de una supuesta agresión.
Hemos visto en el tema social, donde sí se da el apoyo a las causas, pero no en el político. A ver si cambian su discurso, o van a padecer las consecuencias.
¿Será?
Le falta algo…
Saúl Canelo Álvarez sigue cosechando éxitos, el del sábado fue de las más importantes, por el rival, por el contexto con su exrepresentante, Oscar de la Hoya (con quien trae un pleito casado), por la edad…
Coincidimos en la Redacción es que al tapatío le hace falta algo para ser uno de los mejores de la historia: rematar.
Eso lo tenía el mayor exponente, Julio César Chávez, si no, pregúntenle a Meldrick Taylor; o Juan Manuel Márquez, Ricardo Finito López, hasta Jorge Maromero Páez terminaba.
Cuando tiene a su contrincante ya casi en la lona, aguanta y deja que se reponga. Y usted, estimado lector, lectora, ¿qué opina? Déjenos sus comentarios en nuestras redes sociales.
¿Será?