Las autoridades de Brasil advirtieron que las próximas lluvias en el sur del país serán más intensas que las anteriores, mismas que provocaron la muerte de 145 personas y decenas de desaparecidos.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió que las autoridades no están “preparadas” para un desastre de tal magnitud, al referirse a las inundaciones que elevaron los ríos de nuevo el lunes.
“Es una catástrofe para la que no estábamos preparados”, dijo Lula en una conferencia telefónica con el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, y el gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo Leite.
En el suceso, al menos 147 personas murieron y más de 800 resultaron heridas. Los rescatistas utilizaron barcos y motos de agua para registrar a 127 personas a quienes reportaron como desaparecidas.
Además de las muertes, las lluvias también enterraron bajo el agua a cientos de ciudades y pueblos, así como parte de la capital regional, Porto Alegre, con más de mil 400 millones de habitantes, donde las calles se convirtieron en vías fluviales.
Debido a las intensas lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra que devastaron el sur del estado de Río Grande do Sul durante dos semanas, se desplazaron aproximadamente 600 mil personas.
Ante el desastre natural, el gobierno federal reveló que importaría 200 mil toneladas de arroz para garantizar los suministros y adelantarse a la especulación de precios.
Por: Redacción 24 Horas