Con 45 años de trayectoria, Margarita La Diosa de la Cumbia ha pasado por varias etapas en la música y a nivel personal y siempre ha dado una buena cara al público, su principal motor.
“La vida está llena de batallas. Tuve un momento en el que me diagnosticaron depresión severa, en el que no quería bañarme, levantarme, vestirme de negro, de tener miedo a salir a la calle. Dentro de todo eso, la Margarita que yo guardé me ayudó a hacer un disco y a escribir un libro”, compartió la cantante a este medio.
Sabe que muchos relacionan esta enfermedad con la tristeza y la realidad es que se tiene miedo, ataques de pánico, ansiedad, pensamientos de muerte. Pero esos “yo no los he tenido porque la música y mi forma de ser me han ayudado. El rodearme de personas que me aterrizan en la vida y también el recordar que nosotros no somos la mente, sino que tenemos la mente”, reflexionó.
Y es que desde el inicio de su carrera, Margarita se enfrentó también a la industria machista en la que solo los hombres cantaban cumbia y ella decidió hacerle frente con su forma de ser.
“¡Ah, cómo he luchado siendo mujer! Al principio fue difícil pues siempre la cumbia había sido para los hombres. Yo soy necia, en el buen sentido; terca, constante, echada pa’lante.
“No tuve que hacer nada con nadie para ganar, todo lo sufrí, me lo gasté en la voz. La cumbia se fue convirtiendo en todo. Hoy es universal, sigue haciendo historia pero ya está fusionado con mil cosas”, dice.
Otro de los retos que ha enfrentado Margarita La Diosa de la Cumbia, fue una cirugía en las cuerdas vocales que le generó un trauma.
“Mi reto más grande en la vida es abrir la boca y cantar, aunque no lo puedo hacer si no tengo público enfrente.
“Tenía dos nódulos, uno en cada cuerda, que cuando se pegaban no salía la voz. El médico me dijo que tenía tres años para cantar si no me operaba.
“Me dio mucho miedo y cuando entraba en la anestesia me estaba arrepintiendo. Volver a empezar a hablar, a cantar, fue un proceso muy grande. Ahora canto como sea”, compartió. Ahora Margarita iniciará su vida como empresaria, se presentará en el Auditorio Nacional este 14 de mayo y considera que a pesar de querer aprender otras cosas se centra en su familia.
“A mí me hace falta dejar de ser Virgen, ya son muchos años (ríe). Creo que me faltan muchas cosas que no puedo hacer. “Ahorita no tengo tiempo de tocar el piano, prefiero pintar, hacer mis pasatiempos, tener más tiempo para mis hijos. Me gustaría hacer muchas cosas, tengo mucho que hacer. Si Dios me lo permite aquí estaré”, concluyó.
Por Leonardo Vega