Una de las botanas más típicas en cualquier reunión familiar y de amigos en México son los cacahuates japoneses, pero sorprendentemente no son originarios del país nipón.
Si bien su creador si era japonés, esta deliciosa botana fue creada en México por un inmigrante que vino a nuestro país en 1932, su nombre era Yoshihei Nakatani Moriguchi.
Yoshihei vivía en el barrio de La Merced en la Ciudad de México y trabajaba en una fábrica que formaba parte de la empresa El Nuevo Japón. Estaba casado con la mexicana Emma Ávila a quien conoció a su llegada al país y con quien contrajo nupcias en 1935.
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, El nuevo Japón tuvo que cerrar sus puertas por que su dueño fue deportado a Japón, así que el señor Nakatani quedó desempleado y se vio obligado a buscar nuevas formas de sustento, por lo que junto a su esposa decidieron emprender haciendo dulces dentro de su casa ubicada en La Merced.
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Comenzaron preparando muéganos, otro dulce típico mexicano, y orandas, ambas frituras que se vendía muy bien en las dulcerías de su barrio.
Decidido a seguir innovando, el señor Yoshihei Nakatani pensó en recrear una vieja receta japonesa llamada “mamekashi”, que consistía en cubrir semillas como frijoles, cacahuates y chícharos con una mezcla de harina de arroz y soya, y fue así como surgió el cacahuate japonés en México.
Modificando un poco la receta original, los cacahuates fueron cubiertos por harina de trigo revuelta con soya en lugar de harina de arroz y se introdujeron a las tiendas de la zona, comenzando así la historia del una botana tradicional en nuestro país.
Empaquetados en bolsas de celofán con la imagen de una geisha, diseñada por una de sus hijas, surgió la marca de cacahuates Nipón, que desafortunadamente no fue registrada por su creador, por lo que comenzó a ser producida por otras empresas.
Por: 24 Horas