Ante el fracaso de los países ricos en gravar a los multimillonarios, se debe implementar un impuesto mínimo global, sostiene un informe encargado por la presidencia brasileña del G20, que detalla cómo aplicar esa tasa.
La idea de gravar a escala global a las mayores fortunas ya cuenta con el apoyo de Brasil, Francia, España y Sudáfrica en el G20, que reúne a las mayores potencias industrializadas y emergentes. Estados Unidos, en cambio, se declara en contra.
“Las mayores fortunas se benefician de un gigantesco privilegio fiscal: pagan mucho menos impuestos que todas las demás categorías sociales”, dijo en una entrevista con el autor del informe, el economista francés Gabriel Zucman.
Eso ocurre principalmente a causa de los sistemas tributarios, que imponen gravámenes mayores a los ingresos que al patrimonio; y fue precisamente el incremento del patrimonio que explica esencialmente la acumulación de riqueza de los más acaudalados en las últimas décadas.
El informe pedido por Brasil, que ocupa la presidencia anual del G20, estima en 0.3% la tasa impositiva actual que los multimillonarios pagan sobre sus activos.
Estos últimos se han disparado: la riqueza del 0.0001% de los hogares más ricos, que representaba 3% del PIB mundial en 1987, llega actualmente al 14%, calcula Zucman, profesor de la Escuela de Economía de París y de la Universidad de Berkeley en California.
“Nadie o casi nadie puede estar de acuerdo con una situación en la que los contribuyentes más privilegiados, que tienen una capacidad contributiva mayor, que se han beneficiado de la globalización, tengan el derecho a pagar menos que los profesores o los bomberos”, afirmó Zucman, un especialista en temas de desigualdad.
En 2021, el medio de investigación ProPublica, con sede en Nueva York, reveló que varios multimillonarios, como el fundador de Amazon Jeff Bezos o el creador de Tesla, Elon Musk, actualmente los hombres más ricos del mundo, pagaron varios años pocos impuestos o no aportaron mucho al ISR.