El Mercado La Victoria es un emblemático centro de abasto y comercio que ha marcado la historia y la identidad de la ciudad de Puebla, destacó la especialista en Patrimonio Edificado de la UPAEP, Dolores Dib.
En entrevista para 24 HORAS PUEBLA, explicó que su origen está en el Zócalo capitalino, cuando para ir a comprar insumos, las personas se referían al hecho como “ir a la plaza”, por ser la “Plaza Mayor” de la ciudad.
“Con sus coloridos pasillos, puestos de comida tradicional y productos locales, el Mercado La Victoria es un punto de encuentro para los capitalinos y un referente cultural y económico en la región”, consideró.
ORIGEN E HISTORIA
Dolores Dib destacó que La Victoria tiene sus orígenes en el siglo XIX, cuando fue construido como un espacio de comercio y abastecimiento para los habitantes de la ciudad.
Detalló que, desde la fundación de la ciudad de Puebla, “ya existían mercados y el más importante es el que está en la Plaza Mayor, el Zócalo, ahí se instalaban los puestos, ya después de la época Virreinal se hizo necesario cambiarlo, por problemas, ya que la Plaza Mayor se usaba para muchas cosas”.
Recordó que cuando el mercado estaba en el Zócalo antes de mudarse, se le conocía como La Plaza, por la Plaza Mayor, por eso las personas decían “voy a la plaza y esto se quedó, por eso muchos todavía dicen ‘voy a la plaza’”(…),
(…) y esa costumbre incluso trascendió a otras ciudades como la capital del país, donde aún se utiliza esa frase para anunciar que se va al mercado; incluso, la académica destacó que hay un supermercado moderno que anuncia sus “Miércoles de Plaza”.
Agregó que más adelante, por un acuerdo con los frailes de Santo Domingo, éstos cedieron una parte de su huerta en renta, para que se instalara el mercado.
Detalló que este acuerdo se dio antes de las Leyes de Reforma, por las cuales se expropiaron los bienes del clero.
“Ya para octubre de 1854, se coloca la primera piedra de ese primer Mercado que hubo en La Victoria, que le pusieron el nombre en recuerdo de una batalla que ganó el Ejército Español, pero más adelante se le reconoció como Mercado de Guadalupe Victoria, aunque el nombre más conocido fue Mercado La Victoria“.
DISTRIBUCIÓN DE MERCANCÍAS
Agregó que, en el siglo XIX, experimentó un notable auge por la independencia de México en 1821, se abrieron nuevas oportunidades comerciales y el mercado se convirtió en el principal centro de distribución de mercancías de todo el país.
Incluso, con la llegada del ferrocarril en 1869, facilitó aún más el flujo de bienes y aumentó su importancia como punto de intercambio económico.
“Realmente el predio es muy grande, los Dominicos tenían dos manzanas y lo empezaron a construir y con el paso del tiempo, en el Porfiriato, se determina la construcción de un mercado nuevo en ese mismo espacio, cuyo resultado es el complejo edificio estilo Art Nouveau o Modernismo Francés”.
Este estilo fue muy propio del inicio de la era industrial, caracterizada por el uso del hierro, la construcción de fábricas y la instalación del ferrocarril, todo ellos, símbolos de modernidad y vanguardia de la época.
“Un poco antes de ser terminada la obra, que actualmente apreciamos en el Centro Histórico de Puebla, vino la inauguración del inmueble, el 5 de Mayo de 1913”, narró Dolores Dib, al detallar que la obra y sus detalles terminaron de construirse en 1914.
“Además de toda la estructura de hierro y sus jaulas, también se hizo un quiosco para la venta de flores, el cual aún se conserva; tiene un estilo Mudejar, el cual estaba muy presente en el Porfiriato”.
Abundó que funcionó en su sede hasta 1986, cuando el almacenamiento de perecederos se convirtió en un problema sanitario para el primer cuadro de la ciudad, el cual se infestó de ratas por la actividad comercial.
Por ello, es que el alcalde de Puebla de aquel entonces, Jorge Murad, determina clausurar La Victoria e instalar la Central de Abastos en la periferia de la ciudad, y así solucionar el problema sanitario y de higiene del Centro Histórico.
“Había muchas ratas, plagas, animales, además de un fuerte problema de ambulantaje alrededor, y con ello basura, invasión de las calles”.
Detalló que el espacio estuvo abandonado por varios años, hasta que, en 1994, se le da el edificio en comodato a la Fundación Amparo por 99 años.
Indicó que en un inicio se comprometieron a instaurar un Centro cultural, pero finalmente se convirtió en una plaza comercial que sigue administrando dicho organismo privado de beneficencia.
IMPORTANCIA HISTÓRICA:
La experta destacó que ha sido testigo de importantes sucesos históricos en Puebla, además de un lugar de encuentro para comerciantes, productores y consumidores que contribuyeron al desarrollo económico y social de la región.
En 1863, durante la Segunda Intervención Francesa, el ejército galo ocupó el mercado y lo utilizó como cuartel. La leyenda cuenta que los soldados franceses se llevaron el reloj de la torre del mercado, que nunca fue recuperado.
En el siglo XIX, durante la Revolución Mexicana, el mercado fue un espacio de resistencia y solidaridad entre la población, que buscaba sobrevivir en medio de la agitación política y social.
Además, fue el centro de abasto más importante del estado, de productos frescos, artesanías y comida tradicional poblana, que aún atrae y maravilla a turistas y locales.
Historiadores como Luis Fernando Molinar Horcasitas, destacan la importancia del mercado como escenario de protestas y manifestaciones políticas.
Por: Arturo Cravioto