Será

La construcción del triunfo contundente de Alejandro Armenta en la elección de 2024 tiene una larga construcción.

Ha repetido el hoy virtual gobernador electo que tiene 34 años de vida profesional pública.

Desde que fue presidente municipal de Acatzingo, luego en muchas responsabilidades estatales y federales, pero también en todo el recorrido de la experiencia y la capacitación en el tan difícil, pero también tan enriquecedor trabajo parlamentario: ha sido diputado local y federal, y senador, e incluso presidente de la Cámara Alta.

El caso de Alejandro Armenta, quien nada más tiene una historia de vida complicada pero resiliente y de mucho trabajo, es producto del esfuerzo real y además de la consistencia.

Mientras más oscura estuvo la noche para Alejandro, más fuerza imprimió. Ya habrá tiempo para ir detallando los episodios de sus 34 años de camino.

Ratificó, con los resultados para él y para Claudia Sheinbaum en la entidad, con la meta de los 2 millones de votos para ella alcanzada con suficiencia, que nadie más que él hubiera podido conseguir esos resultados para la 4T.¿Será?

Mitos sobre la elección

Distinto de lo que podría suponerse, el triunfo de Claudia Sheinbaum estuvo soportado, en buena medida, de las clases medias, con buenos ingresos y alto nivel académico.

Más de 40% de ese sector sufragó por la presidenta electa. El mito de que sólo la base de bajos ingresos y beneficiada de los programas sociales votaría por la 4T se derrumba.

Hubo un patrón claro: obtuvo un respaldo mayoritario tanto de hombres como de mujeres; 62% de los hombres y 56 de mujeres votaron por ella.

Xóchitl Gálvez logró 28% del voto femenino y 31 del masculino.

Otro dato arrollador: El respaldo en la clase media varió según la edad; en jóvenes de 18 a 29 años consiguió 57% de votos.

¿Será?

¿Ridículo o incendio?

Ese bodrio llamado Atypical Te Ve, que sólo miran los fanáticos recalcitrantes del antilopezobradorismo, trascendió a las redes no por su mensaje de unidad, sino por su llamado a incendiar al país.

Ya sabíamos de lo que eran capaces, pero ahora ver que se han convertido en sicarios políticos para defender sus intereses (no del pueblo), llama la atención.

Personajes como Laura Zapata, Pedro Ferriz, Carlos Alazraki y Guadalupe Loaeza, que se presentan como paladines de la democracia, no son más que instigadores a una rebelión que, si no se dieron cuenta, está descartada por el mandato de las urnas. Ojalá encuentren paz en su alma.

¿Será?

Más sinceridad, imposible

Quien de plano aceptó que ya se “los cargó el payaso”, como diría la chaviza, es Jesús Zambrano, el restante miembro de los legendarios Chuchos, del PRD.

Decir que les “partieron la madre”, es el reflejo de lo que pasó el 2 de junio: se quedaron solos.

La caricatura en que se convirtió el Sol Azteca, por fin, parece que dejará de existir.

En Puebla, es casi un hecho de que también se extinga el partido emblema de la izquierda, que cobraba con la derecha.

Historias en la entidad sobran. Algunas muy oscuras no se pueden contar aquí por ser demasiado vomitivas, parte de la tenebra y algunas creadas en los mentideros de café.

Pero algo es cierto: un capítulo de la izquierda se termina. La gran mayoría migró a Morena, otros mutaron al PRI o al PAN, y hasta Yunques se volvieron, y mínimos aún tenían la certeza que seguían abanderando a la izquierda. El último que salga, que apague la luz.

¿Será?

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