El bloqueo carretero en la autopista Puebla-México por ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan, es una probadita de su propio chocolate a un presidente como Andrés Manuel López Obrador, en su ocaso sexenal.

“Se pueden quedar ahí todo el tiempo. Lo que es justo, se atiende de inmediato, cuando es tranza, no, no se permite la corrupción, ni arriba, ni abajo, ni a los lados”, les espetó el jefe de la nación a los campesinos.

El tabasqueño ofreció disculpas a los transportistas que están atrapados en dicha autopista y recomendó utilizar vías alternas, “y el abogado que sepa que está actuando mal, y que no va a sacar ni un centavo”.

Pero los ejidatarios le reviraron al presidente al informar que no han recibido indemnización alguna por el uso de derecho de vía en sus tierras y afirmaron que el pago por más de 176 millones de pesos corresponde a otro ejido, distinto al suyo.

Le dijeron los campesinos al presidente López Obrador que su protesta se centra en el pago de la indemnización del ejido de 41 hectáreas de Ignacio López Rayón, municipio de Tlahuapan, que fue ocupado para construir la autopista en 1962, pese a que existe una sentencia judicial del pago.

Para López Obrador, realizar bloqueos es algo muy familiar en su trayectoria política, como un recurso de protesta ante la autoridad por incumplimiento de indemnizaciones a ejidatarios.

Así lo hizo el 5 de febrero de 1996 en Tabasco como líder perredista al encabezar a unos mil 500 chontales para bloquear 51 pozos petroleros en cinco municipios, en demanda una indemnización a más de 40 mil campesinos y pescadores por los daños causados por Pemex.

Pero como presidente de México AMLO ya no piensa como opositor de izquierda, y en el 2024 le espetó a los jornaleros:

“…Entonces, también decirles a los campesinos que están perjudicando a mucha gente, al tener tapada la carretera, y que no se dejen manipular, engañar por este abogado que va a sacar, piensa él, provecho personal (…), pues no, porque nosotros no nos dejamos chantajear por nadie”.

Sí, López Obrador ya no es el mismo, olvidó los bloqueos en Reforma en CdMx por el presunto fraude electoral y el bloqueo a los pozos petroleros en Tabasco.

El presidente de “izquierda” en México cambió tanto que ordenó al Congreso del Estado de Tabasco dominado por Morena crear la “ley garrote” para sancionar con hasta 13 años de prisión los bloqueos en ese estado, con el argumento de “evitar extorsiones” a Pemex.

Con esta “ley garrote” que penaliza los bloqueos como el protagonizado por López Obrador en 1996 en pozos petroleros, AMLO tendría 50 años de cárcel por toma de pozos, le reviró la oposición en la Cámara Alta.

A López Obrador se le recuerda también por el plantón que instaló una de las vías principales de la CdMx por el presunto “fraude de 2006”.

En diciembre de 2011, como opositor, López Obrador señaló que el plantón de Reforma y en el Zócalo, tras la crisis poselectoral de 2006, se hizo para impedir la muerte de mexicanos.

“Fíjense la disyuntiva de la oposición o de los dirigentes de oposición, si uno no hace protesta fuerte, ‘ah, se vendió’, porque la historia de México, de opositores, está lleno de eso también”, comentó en una mañaneras al referirse al bloqueo de Reforma.

¿Cuál es entonces la diferencia entre el bloqueo a los pozos petroleros en 1996 en Tabasco y de Reforma en CdMx en 2006, liderados por AMLO, y el bloqueo de dos días por ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan en la autopista México-Puebla? El vacío de gobierno y el diálogo.

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