En 1985, en un modesto hogar de la ciudad de Puebla, un par de hermanos gemelos encontraron en una película lo que cambiaría sus vidas. Víctor y Héctor Bermúdez, fascinados por la cinta Breakin, un clásico de los años ochentas, vieron en la combinación de atletismo y baile un mundo lleno de posibilidades.

Con solo un videocasete beta y una televisión, comenzaron a imitar los movimientos que los cautivaron desde la primera escena. El destino quiso que aquellos pasos improvisados, pronto atrajeran la atención de la comunidad.

La gente, asombrada por la destreza y sincronización de los hermanos, comenzó a contratarlos para eventos, convirtiendo su pasión en una forma de vida. Aunque la popularidad del breakdance disminuyó con el tiempo, los hermanos Bermúdez nunca abandonaron su amor por el baile. 

No obstante, otros factores, como el creciente problema de las pandillas los llevaron a mudarse a Kissimmee, Florida, donde comenzaría una nueva vida.

Treinta años después, ese amor por el breaking que nació en Puebla encontró su continuidad en una nueva generación: Víctor Montalvo, hijo de Víctor Bermúdez, conocido en la escena del breakdance como B-boy Victor, hizo historia en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde el breaking debutó como disciplina oficial.

Con solo un videocasete beta y una televisión, comenzaron a imitar los movimientos que los cautivaron desde la primera escena. El destino quiso que aquellos pasos improvisados, pronto atrajeran la atención de la comunidad.

La gente, asombrada por la destreza y sincronización de los hermanos, comenzó a contratarlos para eventos, convirtiendo su pasión en una forma de vida. Aunque la popularidad del breakdance disminuyó con el tiempo, los hermanos Bermúdez nunca abandonaron su amor por el baile. 

No obstante, otros factores, como el creciente problema de las pandillas los llevaron a mudarse a Kissimmee, Florida, donde comenzaría una nueva vida.

Treinta años después, ese amor por el breaking que nació en Puebla encontró su continuidad en una nueva generación: Víctor Montalvo, hijo de Víctor Bermúdez, conocido en la escena del breakdance como B-boy Victor, hizo historia en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde el breaking debutó como disciplina oficial.

La historia de Montalvo no solo es la de un atleta excepcional sino la de un legado que, por un tiempo, pareció haber quedado en el olvido. Fue en una conversación casual con su padre y su tío cuando Montalvo descubrió que el breaking corría por sus venas mucho antes de que él mismo se diera cuenta.

Al principio, incrédulo ante los relatos de su familia, pidió una demostración. Los hermanos Bermúdez, ya en sus cincuenta, accedieron a bailar para sus hijos y sobrinos. Aquella tarde, los jóvenes quedaron boquiabiertos al ver a sus padres ejecutar los mismos movimientos que habían popularizado en Puebla décadas atrás.

Este momento, más que una simple demostración, sirvió como catalizador para Montalvo, quien vio en ese legado una fuente de inspiración para llevar el breaking a niveles nunca imaginados. 

A partir de entonces, comenzó a perfeccionar su arte, viajando por el mundo y ganando competiciones internacionales. En su palmarés, Montalvo cuenta con una medalla de oro en el Campeonato Mundial 2023, una de bronce en 2022, y múltiples títulos en el prestigioso torneo Red Bull BC One, entre otros logros.

Montalvo mostraba una inclinación natural hacia el movimiento y fue a los 13 años cuando escribió en un ensayo escolar que quería ser el mejor bailarín del mundo. Un sueño que, con el tiempo, se convertiría en realidad.

A través de su campaña Light the Way, en colaboración con Xfinity, patrocinador del Team USA, compartió su historia para mostrar cómo el deporte puede abrir puertas a un futuro mejor.

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