Llevo más de 20 años ejerciendo el periodismo en Puebla y muy pocas veces había visto una crisis partidista general como la que actualmente vive el estado. Ninguno se salva, PRI, PAN, PRD, Morena, Fuerza por México, Partido Verde, PSI, y PT; todos viven una crisis interna que no les permite ser protagonistas absolutos. ¿Alguien lo duda?
Comencemos por el Partido Revolucionario Institucional, quien después de gobernar por más de 70 años el Estado, hoy sólo quedan los vestigios de aquel PRI poderoso, arrollador e invencible. Aunque su presidente Néstor Camarillo trate de vendernos que consiguieron 300 mil votos, todos sabemos que lo lograron gracias a una coalición. De lo contrario el PRI en este momento podría estar herido de muerte, sino es que ya lo está. El partidazo se irá diluyendo con el paso del tiempo y correrá el mismo destino del PRD, de eso no tengo la menor duda.
Hablando del Partido de la Revolución Democrática, me parece que es mejor quedarnos con el recuerdo de la única institución de izquierda que ha existido en este país. El PRD nunca pudo consolidarse en la Presidencia de la República, lo que le hubiera permitido ser un partido protagonista en todo el país. El partido del sol naciente quedará en las páginas de la historia como aquel que pudo vencer al PRI pero jamás lo logró.
En Acción Nacional la situación es más complicada de lo que parece. En este momento el PAN enfrenta muchas batallas internas: Augusta Díaz de Rivera trata de expulsar a casi 700 militantes, mientras que Mario Riestra lucha por impugnar la elección a la Presidencia Municipal. Del otro Lalo Rivera busca la manera de afianzar la elección estatal para finales de año y su compañero Marco Cortés busca desprestigiar a esta institución con escándalos extramaritales. Esperamos que cuando los panistas resuelvan cada uno sus asuntos no sea demasiado tarde.
En cuanto al Movimiento de Regeneración Nacional, pareciera que todo está bien. Su triunfo fue absoluto y ganaron prácticamente todo. Sin embargo, la victoria al interior de una institución política también atrae muchos problemas; el más actual es el traspaso de votos hacia fuerza por México. Una crisis innecesaria al interior de Morena, justo cuando se preparan los festejos para la toma de protesta del próximo Gobernador Alejandro Armenta.
¿Qué necesidad tenía Morena de ayudar a Fuerza por México?, ¿Valía la pena poner en entredicho el triunfo de la capital?
Sumado a esto, en breve Morena tendrá una exceso de líderes y protagonistas políticos que se pelearán por ser los que mueven los hilos en esta institución. Esto provocará fracturas y divisiones, por lo que tendremos un partido poderoso pero cortado a la mitad.
En este sentido, lo de Fuerza por México da vergüenza decirlo. El partido que dirige Maiella Gómez tiene más escándalos que triunfos. La realidad de este partido es terrible, no tiene líderes de importancia, no tienen agenda política, ni mucho una narrativa propia de la cuál podamos platicar. El partido rosa es una institución gris, opaca y que nos cuesta mucho dinero a los ciudadanos. Lo mejor que le puede suceder a Fuerza por México es desaparecer y evitarse estos ridículos.
En cuanto al Partido del Trabajo y el Partido Verde me parece que ambos encontraron su razón de ser. Son instituciones políticas que sirven de comodín para el partido que esté en el poder. El Verde ya estuvo muchos años con el PRI y ahora es mejor amigo de Morena; mientras que el PT le hizo muchos años el caldo gordo al PAN pero actualmente le ayuda al partido fundado por López Obrador. Ellos no quieren protagonismo, solo quieren existir. Difícilmente cambiarán su ‘modus operandi’.
El Partido Social de Integración vive un luto por la muerte de líder y fundador Carlos Navarro. Seguramente veremos un cambio al interior de su estructura bajo la nueva dirigente Estatal Nadia Navarro. El PSI es una institución local y poblana, pero deberá sumarse al ambiente partidista nacional para poder estar dentro de la conversación política. Nadia Navarro tendrá que darle protagonismo a su partido y asumir su responsabilidad como el único partido de casa. ¡Para ellos cada minuto cuenta!
Los ciudadanos se tomarán un descanso de las elecciones, en los siguientes meses no querrán saber nada de política ¿o sí? Mientras tanto, los partidos políticos deberán hacer un recuento de los daños para tratar de mejorar internamente.
Ya veremos, ¿Usted qué opina?