En un acto de agresión que fue descrito como uno de los más intensos en semanas, Rusia desató un ataque masivo con drones y misiles contra varias infraestructuras energéticas en Ucrania, dejando un saldo trágico de al menos cuatro personas fallecidas. Este ataque desencadenó una respuesta internacional de condena y llevó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a solicitar un mayor apoyo de sus aliados europeos.
Según las autoridades ucranianas, Rusia dirigió su ofensiva hacia 15 regiones diferentes del país, utilizando más de 100 misiles de diversos tipos y un centenar de drones Shahed, fabricados en Irán. El presidente Zelenski calificó esta acción como “uno de los ataques rusos más importantes” hasta la fecha, subrayando el impacto significativo que tuvo en el sector energético ucraniano, que ya enfrenta grandes desafíos debido a los continuos bombardeos.
“Podríamos hacer mucho más para proteger vidas si la aviación de nuestros vecinos europeos trabajara junto con nuestros F-16 y junto a nuestra defensa aérea”, enfatizó Zelenski en un mensaje difundido a través de Telegram, en el que solicitó una mayor cooperación militar por parte de Europa para reforzar la defensa aérea de Ucrania.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso confirmó la realización de un “bombardeo masivo” contra instalaciones energéticas clave para el “funcionamiento del complejo industrial-militar de Ucrania”.
La agresión no se limitó a territorio ucraniano. El ejército de Polonia, miembro de la OTAN, informó que un “aparato volador” no identificado penetró en su espacio aéreo poco después de los ataques en Ucrania. “Probablemente” se trataba de un dron, según señaló el general Maciej Klisz, comandante en jefe de las fuerzas operativas polacas. Aunque no se trataba de un misil hipersónico, balístico o guiado, el incidente elevó las tensiones en la región.
La comunidad internacional reaccionó rápidamente. Estados Unidos calificó el ataque como “escandaloso”, mientras que Reino Unido lo tildó de “cobarde”. El ministro alemán de Relaciones Exteriores, por su parte, acusó a Rusia de intentar “destruir el suministro” de electricidad en Ucrania. El presidente estadounidense, Joe Biden, también expresó su condena, denunciando los ataques como “indignantes” y asegurando que Rusia “nunca tendrá éxito en Ucrania”.