El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que la estabilidad financiera y que se mantuviera la inversión en el país le costó no tocar las reglas bancarias durante su administración.
Lo anterior, luego de que un asistente a sus conferencias le recordó que él les ofreció a los banqueros no cambiar las reglas, pero que esto, acusó, les ha generado “ganancias fabulosas, ‘aladínescas’”, a lo que el mandatario reconoció:
“Es parte de los equilibrios, que debemos mantener. No cambiaron las reglas, ellos siguieron invirtiendo en México, y nos garantizó, no cambiar esas reglas, que se mantuviese estabilidad económica, financiera. Es un precio qué hay que pagar”.
Como prueba de ello dijo que le fue bien a millones de mexicanos, incluidos los banqueros, de tal suerte dijo que, según datos del Inegi, en el gobierno de Felipe Calderón, la diferencia entre un rico y un pobre era de 34 veces y que en su sexenio pasó a 15: “los pobres son menos pobres. Y eso es mi gran satisfacción”.
A la par, subrayó que el modelo económico, el humanismo mexicano, fue diametralmente opuesto al neoliberal, lo que significó, entre otras cosas:
“Apoyar abajo para fortalecer el mercado interno, que haya ingresos en la mayoría del pueblo para que consuma, que no haya crisis de consumo y esto ayuda al comercio, ayuda a la industria y llega hasta arriba”.
Por lo que aprovechó para reiterar que, para él, las recetas neoliberales son “un sofisma”.
A la par, dijo que uno de los 3 motores de la economía es la inversión del sector privado nacional, lo que también influye en la estabilidad financiera de los recursos que llegan del exterior, de ahí que presumiera que en el primer semestre de 2024 se registró una inversión extranjera de 30 mil millones de dólares:
“Estamos hablando de cómo está llegando inversión extranjera a México por el tratado y por la relación económico-comercial con Estados Unidos y Canadá”.