El primer ministro laborista británico, Keir Starmer, prometió proteger los servicios públicos y descartó medidas de austeridad el domingo en declaraciones a medios británicos, coincidiendo con la primera jornada del congreso anual de su partido en Liverpool.

El congreso de cuatro días en la ciudad del noroeste de Inglaterra es el primero desde que llegaron al poder los laboristas, que ya se encuentran bajo presión y con críticas a su trabajo después de ganar las elecciones el pasado 4 de julio, poniendo fin a catorce años de gobiernos conservadores.

“Tenemos que asegurarnos de que nuestros servicios públicos funcionen correctamente”, afirmó el primer ministro al periódico dominical The Observer, prometiendo también proteger a los trabajadores de las subidas de impuestos.

En otras declaraciones, al Sunday Mirror, periódico cercano a corrientes de izquierda -como The Observer-, descartó pedir esfuerzos a la población. “No vamos por el camino de la austeridad”, señaló a dicha publicación.

Sin embargo, el gobierno advirtió a la población en semanas precedentes que se prepare para hacer algunos esfuerzos de cara a las futuras restricciones presupuestarias, incluyendo la supresión de un subsidio de combustible energético de invierno para 10 millones de pensionados.

Tras estos dos meses y medio en el poder, una encuesta realizada para The Observer, antes del congreso, mostró que los primeros pasos del primer ministro no cuentan con el respaldo popular.

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