Desde hace mucho tiempo no veíamos una Legislatura dominada por un sólo partido político y sobre todo, una sola corriente ideológica. El viejo PRI llegó a tener el control del Congreso pero con la mezcla de distintos grupos. En 2014, el PAN tuvo la mayoría absoluta bajo el control del Gobierno morenovallista.
En aquella década, la coalición liderada por el PAN llegó a tener 26 curules de 41 disponibles, algo que sin duda alarmaba a la opinión pública. Diez años después, Morena tiene 33 de 41 disponibles, es decir, el 88% del Congreso poblano le pertenece al partido fundado por López Obrador.
Para muchos, Morena incurre en una grave sobrerrepresentación, lo que invalida el voto de la minoría. Para otros, los del partido guinda tienen el poder absoluto del Congreso de Puebla porque el pueblo bueno y sabio así lo quiso.
La cruda realidad es que la oposición no podrá hacer nada con ocho diputados, por más que levanten la mano en contra, cualquier iniciativa que los obradoristas quieran aprobar será una realidad. La oposición está desdibujada, endeble y a punto de desaparecer. Literalmente los ocho integrantes de los partidos opositores irán al pase de lista y a cobrar. ¿Serán capaces de dar la batalla y al menos subir a tribuna a exponer sus ideas?
Sobre las expectativas de esta nueva Legislatura, todo depende del cristal con que se mire. Si eres abiertamente obradorista y pro 4T, entonces lo que se apruebe en el Pleno será para bien del pueblo. Ahora, si eres anti 4T y no simpatizas con la doctrina morenista, todo lo que salga desde el Congreso del Estado serán ocurrencias para beneficiar a unos cuantos.
Todo indica que los morenistas no se tentarán el corazón al momento de usar la mayoría calificada, de hecho prácticamente todos los diputados de han puesto a la orden del gobernador electo Alejandro Armenta, quien dicho sea de paso, aseguró que no utilizará la mayoría calificada de Morena a su conveniencia.
Ya lo hemos platicado en este espacio, el poder absoluto no le viene bien a ningún país y mucho a una sociedad polarizada. Será interesante ver cómo la sociedad poblana se adapta a un Gobierno, una Legislatura y un Poder Judicial totalmente de izquierda. Por otra parte, aun faltan algunas definiciones, el hombre fuerte del gobernador electo José Luis García Parra, sí tomó protesta, pero en cualquier momento sabremos sí se va al gabinete, donde seguramente diseñará y cuidará la estrategia política a partir del 14 de diciembre.
Deseamos de todo corazón que la nueva agenda legislativa sea verdaderamente en favor del pueblo y no una revancha contra la derecha.
Al tiempo.