La desolación, el olvido y el dolor enmarcaron el primer aniversario de la llegada del poderoso y devastador huracán Otis al tradicional y emblemático Acapulco, en Guerrero.
En la colonia Francisco Villa de este puerto, donde murieron ocho personas, tras el impacto del ciclón categoría, entre el 24 y 25 de octubre, hay casas que aún siguen entre escombros, al igual que una parte importante de la zona Diamante.
En la vivienda más afectada, permanecen las ocho cruces con el nombre de las personas fallecidas, un casco de motociclista y algunos muñecos de los menores que perdieron la vida con el huracán.
Mercedes Santos Chinito, quien perdió a su mamá y a otro familiar, relató que a un año del huracán, ha sido una etapa complicada que le afectó psicológicamente. “Estoy en terapia porque es un proceso muy difícil para mí y estoy tratando de salir adelante sin ellos y sólo con un recuerdo muy bonito”, expresó.
NOS FALTA MUCHO: VECINOS
Ramiro Apreza es un vecino de la zona Diamante, él y su familia tuvieron que salir un mes de su domicilio tras la llegada de Otis. “Donde yo vivo, pues básicamente todos los condominios de esa zona están inhabitables o apenas reconstruyendo, pero va muy lento y este tema de recuperación en base, a que ya pueden ser habitables por la verdad falta bastante, bastante tiempo”.
Para el ingeniero de profesión, cuando mucho se lleva un avance de 50 por ciento en la reconstrucción, “todavía de hecho hay restaurantes dañados, hoteles cerrados que ya no van a abrir”
Apreza considera que la recuperación de Acapulco llevará décadas, será muy difícil que el puerto se recupere. “Yo sé que los políticos a veces manejan como que ya estamos listos, pero vas a un restaurante y no tiene techo, vas a una plaza y no hay pisos. No hay escaleras eléctricas; vas al parque y está todo dañado”.
UN RECUERDO POR LAS VÍCTIMAS
Familiares, amigos y fieles católicos asistieron a una misa a bordo de una lancha en la bahía del puerto, para conmemorar a todas las víctimas del huracán.
Entregaron una ofrenda floral que fue arrojada al mar, en donde está ubicada la Virgen de los Mares, cerca de la isla de La Roqueta.