Nuevamente el transporte público está en el ojo del huracán por agresión a los usuarios. Hace unos días, vía redes sociales, una mujer denunció que había sido víctima de una agresión en la ruta 3 que va de Zaragoza a Zavaleta, ya que un sujeto desconocido le inyectó una sustancia que le provocó síntomas como dolor de cabeza, cansancio y malestar general, pudiendo reaccionar y pedir apoyo.


La joven relató que un hombre se subió detrás de ella, una vez que logró sentarse a la mitad del camión, el sujeto desconocido pasó cerca de ella para dirigirse a la parte final de la unidad y de la nada la picó con algo. Al momento, puso en sus redes, ella lo miró feo, pero sólo se quejó del dolor y en cuanto quiso sacar su celular para tomar evidencia del hombre, comenzaron los síntomas, por lo que decidió bajarse para pedir ayuda.


La víctima comentó que el sujeto que la había agredido también bajo y la estaba vigilando, sin embargo, no pudo hacerle nada porque logró encontrar un sitio seguro para continuar su camino hacia la Clínica 2 del IMSS en donde le brindaron atención médica, aunque -relató- esto no impidió que a lo largo del día tuviera secuelas como sueño, temblores, dolor de cabeza y más.


Ante esto, la joven recomendó a las mujeres que utilizan este transporte público para hacer un llamado a las mujeres para estar más atentas de lo que sucede a su alrededor y, si son víctimas de un modus operandi como el de ella, expongan la situación, así como buscar alternativas de rutas para evitar que los conductores y más personas identifiquen su rutina.


Cabe destacar que, hasta el pasado mes de junio, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana indicó que 68.3 % de las mujeres dijeron sentirse más inseguras en el transporte público, es decir, 7 de cada 10 mujeres que viajan en estas unidades temen ser víctimas de algún delito o agresión.

ANTECEDENTES DESDE 2022

Desde 2022 han sido constantes las denuncias de las mujeres víctimas de delitos o agresiones en transporte público en puebla. Tal fue el caso de Jhoselin Dániel, una estudiante de la BUAP que denunció que había recibido un piquete en el brazo cuando subía al transporte público en la ciudad de Puebla y al instante comenzó a sentirse mareada.


A partir de este año, 2022, se detectó este modus operandi que afecta directamente a las mujeres para violentarlas, privarlas de la libertad o alguna otra intención.
Aunque la joven logró evadir al agresor y pedir ayuda, en su momento denunció que fue revictimizada acusándola de haber consumido alguna droga y tratar de evadir su responsabilidad.

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