Supremacía Constitucional, el totalitarismo de Morena
Pablo Ruiz Meza
La división de poderes y la autonomía del Poder Judicial hizo posible que las autoridades municipales electas de Venustiano Carranza y Chignahuapan asumieran el cargo.
Esto fue posible porque la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) realiza un arbitraje como instancia superior, y ratificó la resolución que desacataron los magistrados del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) y el Congreso local.
Este episodio jurídico y político quedará en la historia de la vergüenza por el desaseo del oficialismo.
Desde el Ejecutivo y el partido Morena ordenaron al TEEP, primero anular la elección, y a los diputados locales, después, designar ilegalmente concejos municipales en esa región serrana, en total desacato a la Sala Regional. Sean puercos, pero no tan trompudos.
Pero como dijera el clásico que se fue a la “chingada”, al rancho de Palenque, Chiapas: pero esto acabó.
No habrá más intromisión del Poder Judicial Federal en las decisiones de la presidenta, de los gobernadores y del Poder Legislativo federal dominado por Morena.
Este fin de semana pondrán el último clavo al ataúd del Poder Judicial autónomo con la aprobación de la “Supremacía Constitucional”, que echa al sesto de la basura los juicios de amparo de protección a las garantías constitucionales de los ciudadanos contra los actos del Legislativo.
Aprobaron el dictamen de comisiones la reformar a los artículos 105 y 107 constitucional, para elevar a rango constitucional que las reformas a la Cara Magna no pueden ser impugnadas ni suspendidas.
En el artículo 105, se establece que son improcedentes las acciones de inconstitucionalidad y controversias constitucionales contra reformas o adhesiones a la Constitución.
Mientras que en el 107 en relación a la Ley de Amparo, eliminarán dos transitorios, entre ellos el cuarto que establecía que quedarían sobreseídos los juicios que cuestionaran reformas o adhesiones a la Constitución por su forma y fondo.
Para cerrar la pinza, aprobarán el dictamen de la comisión legislativa de la Cámara Alta para blindar la reforma al Poder Judicial Federal al establecer que “los asuntos que se encuentre en trámite deberán resolverse conforme las disposiciones contenidas en el presente decreto”.
Aunque el llamado “padrino del Bienestar” el senador Adán Augusto López anunció que retiraría de la iniciativa de reforma el Artículo 1 de la Constitución, simplificado prevaleció el aberrante contenido:
“Las normativas relativas a derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia, pero en ningún caso pueden ser aplicadas por medio de control de convencionalidad”.
“Haiga sido como haiga sido”, diría el clásico de triste recuerdo, para este fin de semana estará consumado el atraco constitucional del gobierno de la Cuarta Transformación, y pasarán muchas generaciones para revertir el daño de la “Supremacía Constitucional” alimenta al ogro del totalitarismo bananero.
De lo ocurrido en el país con el partido-gobierno dominante no debería sorprender a nadie, salvo los ingenuos que esperaban con la llegada de Claudia Sheibaum Pardo el supuesto golpe de timón en la conducción del gobierno, se quedaron esperando sentados.
Y que no vengan los opositores de que la falta de certeza Jurídica inhibirá las inversiones y el crecimiento económico.
Los hombres de negocios del país y extranjeros tienen intereses, no patria, y mientras la economía siga el modelo neoliberal a favor de sus utilidades, les importa un bledo un gobierno tirano.
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Face: Pablo Ruiz Meza
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