VICKY FUENTES

Para nadie es un secreto que Pepe Chedraui va heredar un Ayuntamiento prácticamente hecho pedazos. Los últimos seis años para el Palacio Municipal no han sido fáciles.

En 2018 llegó el primer Gobierno morenista de la mano de Claudia Rivera Vivanco, quien pagó factura con la curva de aprendizaje, ejerciendo una administración muy muy polémica. Aunado a la inexperiencia de aquella gestión, el Ayuntamiento sufrió el fuego amigo del exgobernador Miguel Barbosa, quien hizo todo lo posible por obstruir el funcionamiento del Gobierno municipal.

Concluidos los tres años de Rivera Vivanco, llegó la revancha de Eduardo Rivera y ganó la elección en 2021. El panista tenía una nueva oportunidad para reivindicar su primera gestión. El resultado lo conocemos todos, de manera inexplicable, Eduardo se empeñó en tener una gestión peor a su primer gobierno y muy por debajo de su antecesora, Rivera Vivanco.

De 2018 a 2024, en ambas gestiones, (panista y morenista), hemos visto cualquier cantidad de escándalos de corrupción, desvíos de recursos, proyectos sin sentido, sumado a los problemas con los ambulantes, baches y obra pública. Para muestra un botón, el smartbot Angela, que pasó sin pena ni gloria, la cancelaron así sin más, supuestamente porque generaba muchos problemas de comunicación, 13.6 mdp tirados a la basura. ¿Negocio redondo para algún funcionario?

Las columnas del Palacio Municipal poblano parecen invencibles, pero la realidad es que por dentro de esas oficinas las cosas no están nada bien desde hace mucho. 

Pepe Chedraui llegará al edificio de la avenida Reforma y se encontrará con un saqueo de los bienes municipales. Además de un sindicato corrupto, berrinchudo y que se vende al mejor postor. Por si fuera poco, Pepe deberá enfrentarse a la corrupción que existe en el sistema de justicia municipal, sumado a una red de policías que protegen sus fechorías.

La herencia que recibirá Pepe ningún familiar la pelearía. Es un baúl lleno de escombros y objetos sin valor que evocan el recuerdo de lo que fue una gran ciudad.

A partir de mañana, Pepe tomará el control de una ciudad descontrolada, herida y saqueada. Necesitará mucho temple y raciocinio para evitar caer en alguno de los baches que sus antecesores le dejaron. Su proyecto difícilmente lo podrá consolidar en tres años, pero si logra medianamente mejorar todo lo que está mal, no hay duda que los poblanos le brindarán la confianza para que continúe un periodo más. Ojo, no estoy candidateando a Pepe para el 2027, pero a estas alturas sería ideal que los políticos nos plantearán proyectos sensatos y con una temporalidad adecuada para que las cosas funcionen.

Buena suerte Pepe, y que le vaya bien Puebla.

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