VICKY FUENTES

En la reciente visita que el aspirante a la presidencia nacional del PAN, Jorge Romero, hizo a nuestro estado, aseguró que en el partido no existe ninguna fractura, en lo que estoy totalmente de acuerdo, Acción Nacional en Puebla no está fracturado, está hecho pedazos. Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere escuchar.  Las declaraciones de Jorge Romero son una cachetada a una militancia panista herida y olvidada por la actual dirigencia.

La marca “PAN” vive sus peores momentos. La década gloriosa donde Acción Nacional ganó todo en Puebla (gubernatura, alcaldías y mayoría en el Congreso) y eso quedó en el olvido. 

Perdieron la gubernatura del estado por casi un millón de votos. Perdieron la capital poblana. Perdieron prácticamente la zona conurbada. Perdieron su bancada en el Congreso y de seguir así, estarían a punto de perder su dignidad. 

No es un asunto menor lo que sucede en el PAN Puebla, de continuar esta crisis institucional para las elecciones, los pocos panistas que quedan llegarían sin ningún argumento para el 2027. Y hay que decirlo, en una institución llena de ideales y grandes pensadores, la doctrina pudiera ser la única fórmula para rescatar a un partido que se perdió en el camino y que fue víctima de su propia soberbia. 

Al PAN le urge una agenda interesante que lo regrese a la conversación política, mediática y digital. Ojo, no me refiero a los escándalos extramaritales de su ex secretario, ni a las amenazas de la actual dirigencia a los presidentes de comité; habló de un agenda política que proponga soluciones a la inseguridad, a la movilidad y a la atracción de inversión para generar más empleos.

El PAN Puebla debe entender que por el momento su partido no está como para generar polémica en el ambiente político poblano; suficiente tienen ya con los escándalos internos y los señalamientos del mal uso de los recursos financieros.

Desafortunadamente, Jorge Romero ya dio la pauta de lo que será su administración a nivel nacional. Una dirigencia nacional que finge no saber lo que sucede, pero que, con su retórica, tratará de convencer a México que el PAN está bien. Necesitan oxígeno puro, aquí no aplica el querer es poder, aplica el, podemos o desaparecemos. ¿Usted qué opina?

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